Uso de Antibióticos a Edades muy tempranas está Asociado con el Desarrollo Posterior de Asma

Los niños que reciben antibióticos antes de cumplir su primer año son más propensos a desarrollar asma alrededor de los siete años, según un estudio de la Universidad de Manitoba en Winnipeg (Estados Unidos) y la Universidad McGill de Montreal (Canadá) que se publica en la revista CHEST.

Los investigadores utilizaron una base de datos sobre prescripciones médicas para controlar el uso de antibióticos en 13.116 niños desde su nacimiento hasta que tuvieron siete años, teniendo en cuenta en particular si habían consumido antibióticos durante su primer año de vida y la presencia de asma a la edad de siete años.

Las razones para la prescripción de estos fármacos se clasificaron en infecciones de las vías respiratorias inferiores (bronquitis o neumonía), superiores (otitis media y sinusitis) e infecciones no respiratorias como las de orina o el impétigo.

Según los investigadores, en el grupo de estudio analizado, el 6 por ciento de los niños tenían asma a los siete años, mientras que el 65 por ciento de los niños había recibido al menos una prescripción de antibióticos durante su primer año de vida.

De las prescripciones de antibióticos, el 40 por ciento se realizaron para la otitis media, el 28 por ciento para infecciones de las vías respiratorias superiores, el 19 por ciento para las infecciones de las vías respiratorias inferiores y el 7 por ciento para afecciones no respiratorias.

Los resultados mostraron que el uso de antibióticos durante el primer año de vida estaba asociado de forma significativa con las mayores probabilidades de asma a los siete años. Esta probabilidad aumentó con el número de ciclos de antibióticos, así los niños que recibieron más de cuatro ciclos de antibióticos tenían 1,5 veces más riesgo de asma en comparación con los niños que no recibieron estos fármacos.

Cuando los investigadores compararon los motivos del uso de los antibióticos, sus análisis indicaron que el asma a los siete años era dos veces más común en niños que recibieron antibióticos para infecciones que no se encontraban en las vías respiratorias en comparación con los niños que no recibieron antibióticos.

Además, la ausencia de un perro como animal de compañía durante el primer año de vida del niño duplicó el riesgo de asma entre los niños que tomaron múltiples ciclos de antibióticos.

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