Cambio en la biopsia del cáncer de próstata

Un estudio reciente halla que añadir una medida adicional a la prueba estándar del cáncer de próstata podría mejorar el tratamiento de algunos hombres.

Los médicos utilizan ahora lo que se conoce como prueba de índice de Gleason, nombrada en honor al médico que la desarrolló, como una herramienta importante para valorar con qué agresividad debería tratarse un cáncer de próstata, explicó el investigador principal, el Dr. Abhijit A. Patel, oncólogo-radiólogo del Hospital Brigham and Women’s de Boston.

Su equipo publicó los hallazgos en la edición del 3 de octubre del Journal of the American Medical Association.

En la prueba de Gleason, los médicos realizan una biopsia del cáncer y analizan el nivel de alteración mostrado por las células en las dos secciones más grandes de la muestra, que luego se puntúan en una escala de 1 (más normal) a 5 (menos normal).

“Mientras menos normal parezca el tejido, más agresivo es [el cáncer]”, explicó Patel. Después, agregan dos números más para llegar a una puntuación de Gleason. Una puntuación de 7 amerita un tratamiento como radioterapia, señaló Patel, mientras que las puntuaciones más altas indican la presencia de un tumor aún más peligroso.

En el nuevo estudio, el equipo de la Brigham and Women’s analizó una tercer patrón de alteración en otra sección de la muestra. Esos patrones de alteración se encuentran en casi el 5 por ciento de los casos, pero suelen ser ignorados. El nuevo informo incluyó ese tercer patrón en el proceso de diagnóstico.

Los exámenes de 2,370 hombres con cáncer de próstata mostraron que los hombres que tenían un índice de Gleason de 7 más la alteración de este tercer patrón experimentaban un aumento más rápido en los niveles en sangre del antígeno específico de la próstata (APS). El APS indica el nivel de desarrollo del tumor de la próstata y es la base de la común prueba sanguínea diagnóstica del APS.

Estos hombres probablemente deberían recibir tratamientos más agresivos para combatir su enfermedad, apuntó Patel, en comparación con los hombres que no tienen esta combinación de factores.

El periodo calificado por los médicos como “insuficiencia del APS” alcanzó una media de cinco años en estos hombres, en comparación con 6.7 años en los hombres con una puntuación de Gleason de 7 pero sin la alteración del tercer patrón. De hecho, el tiempo de recaída para los hombres con una puntuación Gleason de 7 y el tercer patrón de alteración celular era el mismo que el de los hombres cuyos cánceres tenían una puntuación Gleason de 8 o más.

“Creemos que estos hombres deberían recibir más terapias”, dijo Patel. “Además de la cirugía, podrían necesitar una terapia hormonal para suprimir la actividad de la testosterona”.

La testosterona, la hormona sexual masculina, estimula el desarrollo del cáncer de próstata.

Aún no se sabe si el uso de tratamientos más agresivos para los hombres que tienen la alteración de este tercer patrón mejorará su pronóstico, ya que no se ha llevado a cabo tal estudio, apuntó Patel.

Sin embargo, la idea sí tiene sentido, dijo el Dr. David Berman, profesor asistente de patología, urología y oncología en la Facultad de medicina de la Universidad de Johns Hopkins. “En el cáncer de próstata es difícil recurrir a variables como la supervivencia para medir los resultados. La recurrencia bioquímica es lo más fácil de medir”.

La puntuación Gleason revisada que fue estudiada por el grupo de Patel se propuso por primera vez hace varios años, y ha sido adoptada por algunos especialistas, anotó Berman.

El experto de la Hopkins también es el autor principal de un nuevo informe, publicado en la edición de octubre de Cancer Research, que indica que añadir la terapia de supresión hormonal al tratamiento de cáncer de próstata podría acarrear sus propios peligros.

Los estudios de laboratorio indican que la terapia de supresión hormonal podría mejora la actividad de una proteína llamada nestina, que estimula el desplazamiento de las células del cáncer de próstata a otras partes del cuerpo.

Sin embargo, ese peligro está lejos de demostrarse. “Aún es demasiado pronto para realizar recomendaciones terapéuticas tomando como base estos resultados”, dijo Berman.

HealthDay

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