Bomba cardiaca ayuda a las mujeres que están a la espera de un trasplante

Un dispositivo implantable que ayuda al corazón a bombear sangre, del tamaño de una batería “D” y con un cuarto del peso del dispositivo tradicional, beneficia tanto a las mujeres como a los hombres que esperan por un trasplante de corazón.

Esa es la conclusión de una nueva investigación que iba a ser presentada el domingo en la reunión anual de la American Heart Association en Orlando, Florida.

“En el pasado, no eran tan beneficiosas en las mujeres como en los hombres, en parte debido al tamaño”, dijo la Dra. Suzanne Steinbaum, directora de enfermedades cardiacas y de la mujer del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. “No había una correspondencia anatómica”.

El nuevo dispositivo en cuestión, el HeartMate II, es un dispositivo implantable para la asistencia ventricular izquierda que ayuda a la función cardiaca de las personas con insuficiencia cardiaca congestiva. La U.S. Food and Drug Administration está revisando en estos momentos una solicitud para aprobar el dispositivo, que es similar a una bomba.

De acuerdo con la información del fondo del estudio, las mujeres que tienen insuficiencia cardiaca avanzada tienden a estar subrepresentadas en estudios de dispositivos de asistencia ventricular izquierda (DAVI). Apenas entre el 9 y 16 por ciento de los participantes de los ensayos de la primera generación del dispositivo eran mujeres.

En el nuevo ensayo participaron 231 pacientes con insuficiencia cardiaca, el 23 por ciento de los cuales eran mujeres que estaban siendo tratadas en uno de los 40 centros diferentes de trasplante cardiaco de EE.UU. y que estaban a la espera de un trasplante de corazón. El dispositivo actúa como un “puente” hasta la trasplantación.

La edad promedio de las mujeres era de 56 años (el intervalo era de 20 a 69 años). Los hombres del estudio tenían una media de edad de 54 años, con un intervalo de 17 a 68 años.
La enfermedad de la arteria coronaria era la causa más probable de insuficiencia cardiaca en los hombres, con 43 por ciento frente al 31 por ciento en las mujeres.

Las mujeres pudieron haber sufrido un debilitamiento cardiaco debido al embarazo, quimioterapia por cáncer, una infección viral o alguna otra causa desconocida, señalaron los investigadores.

Varios participantes del estudio volvieron a tener una potencia de bombeo suficiente en el corazón como para que se les retirara el dispositivo y no necesitaran más el trasplante. También retomaron sus actividades físicas normales, señalaron los autores del estudio, que están afiliados a centros de investigación como el Instituto cardiaco de Texas en Houston; la Universidad de Rochester en Nueva York, el Hospital Johns Hopkins en Baltimore; la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte; y el Hospital general de Massachusetts en Boston.

Otros hallazgos del estudio:

  • La supervivencia a los seis meses fue la misma para hombres y mujeres, 80.6 por ciento frente a 79.5 por ciento.
  • El estudio halló que el 3.3 por ciento de las mujeres y el 2.2 por ciento de los hombres experimentaron accidentes cerebrovasculares dentro de los dos días de la cirugía; el 13.6 por ciento de las mujeres y el 4 por ciento de los hombres sufrieron accidentes cerebrovasculares después de ese tiempo.
  • Luego de tres meses con el dispositivo, el 76 por ciento de las mujeres y el 57 por ciento de lo hombres habían aumentado la distancia que podían caminar en seis minutos en más de 200 metros. “Funcionalmente, ayudó más a las mujeres que a los hombres”, dijo Steinbaum.
  • Al comienzo del estudio, todos los pacientes tenían insuficiencia cardiaca clase IV, lo que significa que no podían hacer ninguna actividad física sin molestias. A los tres meses de tener el dispositivo, el 84 por ciento de las mujeres y los hombres tenía sólo síntomas de insuficiencia cardiaca clase I y clase II, con ningunas o leves limitaciones para la actividad física. “El ochenta y cuatro por ciento de los hombres y mujeres pasaron de insuficiencia cardiaca clase IV, en la que no podían moverse sin tener falta de aliento, a clase I y II”, declaró Steinbaum. “Es muy emocionante”.

El ensayo fue financiado por Thoratec Corp. de Pleasanton, California, que fabrica el dispositivo. Uno de los autores del estudio es vicepresidente de la compañía para asuntos científicos y de investigación. Los otros autores del estudio son consultores y forman parte del consejo asesor de Thoratec.

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