El Sector Informal Urbano en Bolivia

Sector Informal Bolivia

El desempleo abierto en el área urbana de Bolivia es considerado como situación asociada al rendimiento global de la economía y también reflejo de la situación social del país. Comparativamente con los países de la región, Bolivia ha presentado bajas tasas de desempleo abierto que parecen encontrar contradicción con la situación de crisis económica de los últimos cuatro años.

Javier Monterrey Arce* – Sector informal urbano en Bolivia
Jefe del Departamento de Estadísticas Sociodemográficas
del Instituto Nacional de Estadística.

Los resultados del presente documento revelan que aproximadamente 9 de cada 100 individuos activos se encuentran desocupados y 8 de estas personas tienen experiencia laboral previa.

Aproximadamente un tercio de la población ocupada en el área urbana es subempleada por horas o ingresos. Cerca de tres quintas partes de la población ocupada desarrolla actividades en el sector informal y más de la mitad de ellos viven en situación de pobreza.

Estos indicadores permiten aseverar que el principal problema social en Bolivia no es el desempleo, sino más bien la gran proporción de ocupados que se encuentran en situación de pobreza. Trabajando en actividades de baja productividad, bajo condiciones inadecuadas de incertidumbre e inseguridad en la percepción de ingresos y que se reflejan en elevados índices de pobreza e inadecuadas condiciones de vida y trabajo.

7.1 Introducción al sector informal urbano en Bolivia

En los informes sobre Ghana y Kenya – elaborados por el Programa Mundial del Empleo de la Organización Internacional del Trabajo – OIT – a principio de los años setenta, cuando se “acuñó” la expresión «sector informal» – una de las conclusiones fue que el principal problema social no era el desempleo sino la existencia de un gran número de trabajadores pobres en actividades económicas que no estaban reconocidas, registradas o protegidas por las autoridades públicas.

Hoy, casi treinta años después, la motivación y preocupación por conocer los principales problemas sociales asociados al mercado laboral en Bolivia continúa vigente. Recientes estadísticas e indicadores del mercado laboral urbano presentados en este documento revelan que ellos son la informalidad y el subempleo.

El objetivo de este escrito es la presentación de estadísticas e indicadores del mercado de trabajo, enfatizando en información sobre el sector informal urbano. Haciendo uso de estadística descriptiva básica se pretende descubrir la situación actual sobre los principales problemas del mercado laboral y el sector informal.

Este documento está organizado en tres partes. La primera, proporciona una breve reseña sobre la conceptualización del sector informal, que justifica teóricamente la posterior presentación de resultados.

Con base en datos de la Encuesta de Hogares MECOVI 2002, la segunda parte presenta un perfil general de la situación del mercado de trabajo en el área urbana de Bolivia como marco general. Para luego profundizar en características de la población ocupada en el sector informal. Finalmente, en la tercera parte se mencionan las principales conclusiones del análisis exploratorio y los resultados encontrados.

7.2 Conceptualización y Medición del Sector Informal Urbano

La conceptualización del sector informal urbano fue ampliamente desarrollada por la OIT y especialmente por el Programa Regional de Empleo para América Latina y el Caribe – PREALC – desde los años setenta, considerando como pertenecientes a este sector aquellos emprendimientos que requieren escasas calificaciones y capital, proporcionan bajos ingresos y por lo tanto son de fácil acceso, tienen bajos niveles de productividad y capacidad de acumulación.

Para efectos estadísticos, según la OIT (1993), se considera al sector informal como un grupo de unidades de producción que “…forman parte del sector de los hogares como empresas de hogares, es decir, como empresas que pertenecen a los hogares y que no están constituidas en sociedades”.

Según la OIT (2001), el sector informal está definido por “… un conjunto de unidades dedicadas a la producción de bienes o la prestación de servicios con la finalidad primordial de crear empleos y generar ingresos para las personas que participan en esta actividad.

Estas unidades funcionan típicamente en pequeña escala, con una organización rudimentaria, en la que hay muy poca o ninguna distinción entre el trabajo y el capital como factores de producción. Las relaciones de empleo – en los casos en que exista – se basan más bien en el empleo ocasional, el parentesco o las relaciones personales y sociales, y no en acuerdos contractuales que supongan garantías formales…”.

Según la OIT (1993), ” …las actividades realizadas por las unidades de producción del sector informal no se realizan con la intención deliberada de eludir el pago de impuestos o de contribuciones a la seguridad social, o de infringir la legislación laboral y otras disposiciones legales o ciertas normas y procedimientos administrativos. Por ende, el concepto de actividades del sector informal debería diferenciarse del de actividades ocultas o del de economía subterránea”.

De similar manera, Fernández (1988), destaca la necesidad de distinguir entre las nociones de economía informal (donde está inserto el narcotráfico y otras actividades especulativas) y sector informal urbano. Se menciona que el sector informal urbano ” es un subconjunto de la economía informal, en la medida en que tampoco está registrado…”.

Sector informal es un término frecuentemente utilizado al referirse al segmento del mercado de trabajo que ha absorbido a un significativo número de personas que buscaban trabajo, principalmente autoempleados y trabajadores en unidades de producción pequeñas (OIT, 2000).

Las actividades informales están usualmente caracterizadas por bajos niveles de capital, pocos conocimientos, dificil acceso a mercados organizados y tecnología, bajos e inestables ingresos y pobreza e impredecibles condiciones de trabajo. Algunos estudios sugieren que los pequeños negocios son los más propensos o posibles de ser informales (Anand, 1999).

En OIT (2002) se menciona que para establecer mecanismos de apoyo a la micro y pequeña empresa, el sector informal está definido “…como el conjunto de unidades económicas de pequeña escala dedicadas a actividades de producción y distribución de bienes y servicios cuya relación capital trabajo es débil, y se caracterizan por ser precarias y vulnerables a las condiciones económicas … y por operar con bajos niveles de rentabilidad y tecnología obsoleta”.

Recuadro 1

7.3 Resultados

La presentación de resultados está dividida en dos partes. La primera parte proporciona un panorama general sobre el mercado laboral y el empleo en el área urbana.

Luego de tener conocimiento del contexto global, la segunda parte presenta información específica del sector informal, orientada a responder preguntas básicas como ¿Cuántos ocupados trabajan en el sector informal? ¿Qué características tienen los ocupados informales en cuanto a su educación? ¿Cuáles son las características de las ocupaciones en el sector informal? ¿Cuál es la situación de pobreza de los ocupados informales?

7.3.1 Panorama general sobre el mercado laboral y el empleo en el área urbana

7.3.1.1 Indicadores del mercado laboral

Resultados preliminares para el año 2002 correspondientes al área urbana, permiten apreciar la participación en el mercado de trabajo del 58% de la oferta potencial de mano de obra.

Este porcentaje se muestra estable entre 1999 y 2000, pero presenta importantes fluctuaciones entre 2001 y 2002, explicado en parte por flujos de salida de la fuerza de trabajo (hacia la inactividad económica) en mayor proporción que el flujo de incorporación de población a la oferta potencial.

Desde 1999 el desempleo abierto presenta una notoria tendencia de incremento, alcanzando 8,7 % de la fuerza de trabajo en el 2002. Similar tendencia y comportamiento presenta la proporción de cesantes en el período 1999 – 2002, permitiendo apreciar que el desempleo está compuesto en 80% por desocupados con experiencia laboral previa.

El año 2002, por cada 100 económicamente activos existían 72 económicamente inactivos. Como se mencionó anteriormente, el flujo de salida de población de la fuerza de trabajo que explica la reducción en la tasa global de participación el último año, es congruente con el comportamiento del índice de carga económica entre 2001 y 2002.

Con relación a los anteriores años, se aprecia que la relación inactivos/activos fue mayor entre 1999 y 2000, también congruente con los niveles de participación global observada en esos años.

Considerando la población en edad de trabajar como grupo poblacional que representa la oferta potencial de mano de obra, la proporción de recurso potencial de trabajo ha presentado una ligera tendencia a la reducción en los últimos cuatro años.

Esto significa que el ritmo de crecimiento de la oferta potencial es ligeramente menor al ritmo de crecimiento de la población total. En el 2002, aproximadamente 75 % de la población total constituía oferta potencial de mano de obra.

Aproximadamente 1,5 personas dependían de cada persona ocupada en el 2002. La tasa de dependencia económica presentó un comportamiento estable entre 1999 – 2002, excepto en el año 2001, cuando esta relación fue significativamente menor a los otros años debido a la mayor población activa, quienes se ocuparon principalmente como trabajadores familiares no remunerados.

Cuadro 7.1 Bolivia, área urbana: condición de actividad en el mercado de trabajo 1999 – 2002

7.3.1.2 Perfil socioeconómico de la población en área urbana, según condición de actividad

Edad

En el año 2002, la edad promedio de los desocupados abiertos fue 28,3 años, significativamente menor al promedio de edad de los ocupados, que fue 35,6 años. Estas cifras permiten apreciar que la carencia total de trabajo está afectando principalmente a la población joven.

La población inactiva económicamente tuvo en promedio 25,2 años de edad, constituyéndose fundamentalmente en el grupo poblacional más joven, comparativamente a los otros dos grupos. Esto lleva a concluir que los inactivos están compuestos por personas que actualmente se encuentran desarrollando actividades de estudio de forma exclusiva.

Gráfico 7.1 Bolivia. Área urbana: edad promedio, por condición de actividad 2002

Educación

La dotación de educación constituye una de las principales “credenciales” para participar en el mercado de trabajo, definiendo las posibilidades de inserción y acceso a un empleo. En promedio los desocupados tienen 10,5 años de estudio (equivalente a tener primaria completa y la mitad de años para concluir la secundaria).

Cabe destacar que la diferencia en años de educación entre ocupados y desocupados no es significativa estadísticamente1, pero sí existe diferencia significativa entre ocupados e inactivos y entre desocupados e inactivos.

Dado que los desocupados en promedio tienen similar cantidad de años de estudio que la población ocupada, parece razonable pensar que quienes carecen de trabajo se encuentran en esta situación por razones diferentes a menor calificación (educación).

Gráfico 7.2 Bolivia. Área urbana: años de estudio promedio, por condición de actividad 2002

La población económicamente inactiva cuenta con un nivel educativo de 8,4 años de estudio en promedio, equivalente a tener primaria completa. Cabe mencionar que forman parte de los económicamente inactivos los jóvenes que se encuentran en edad de estudiar y participarán a futuro del mercado de trabajo.

Pobreza

Utilizando la medición de pobreza realizada por línea de pobreza (insuficiencia de ingresos) del año 2002, 61,5% de los desocupados en área urbana se encontraban en situación de pobreza, mientras la incidencia de pobreza fue 45,3% en los ocupados y 53,9% de los inactivos.

La carencia de trabajo representa a nivel familiar enfrentar situaciones de privación para lograr un nivel digno de vida. Evidencia de ello, es la significativa proporción de personas activas que enfrentan el doble problema de encontrarse en situación de pobreza y desempleadas. La probabilidad de ser pobre, dada la carencia de trabajo, es significativamente mayor comparada con los económicamente inactivos y los ocupados.

Gráfico 7.3 Bolivia. Área urbana: porcentaje de pobres, por condición de actividad
Área urbana, porcentaje de pobres - sector informal urbano en BoliviaEn el caso de la población ocupada, menos de la mitad de estas personas se encuentran en situación de pobreza, fundamentalmente porque éste es un problema asociado a las bajas remuneraciones al trabajo obtenidas.

Subempleo

La proporción de población ocupada subempleada representa un indicador de gran importancia que caracteriza la situación del mercado laboral en el área urbana de Bolivia.

Considerando la medición de subempleo por horas e ingresos, cerca de un tercio de la población ocupada se encuentra subutilizada parcialmente porque desarrolla jornadas cortas o percibe un ingreso que no le permite cubrir las necesidades alimenticias de su hogar.

Quienes no son subempleados por horas o ingresos son denominados ocupados plenos, en el sentido de representar recursos adecuadamente utilizados. En el 2002, estas personas fueron el 59% de la población ocupada en área urbana.

El grupo de trabajadores familiares y empleadas domésticas, no es analizado bajo la perspectiva de subutilización porque tienen características diferentes al resto de la población ocupada; en el caso de trabajadores familiares, no perciben remuneración y en el caso de empleadas, el régimen común de trabajo está caracterizado por jornadas extensas y remuneración combinada en dinero y especie.

Gráfico 7.4 Bolivia. Área urbana: distribución porcentual de la condición de subempleo 2002

7.4 El Sector Informal Urbano

La medición del sector informal urbano utiliza un conjunto de criterios para la definición operativa. Se identifican cinco segmentos del mercado de trabajo, cuya variable definitoria es el número de ocupados para distinguir entre formal e informal.

Aun teniendo limitaciones, este criterio representa una aproximación a unidades económicas de producción de pequeña escala, que tienen limitado uso de capital, hacen uso intensivo de mano de obra y cuentan con incipiente organización.

Cabe destacar que las experiencias de medición del sector informal mencionan la exclusión de profesionales de la definición de este sector.

En el caso de Bolivia, el ejercicio profesional con registro en cuerpos colegiados es limitado aún (los casos más importantes de registro son de abogados, arquitectos y médicos), razón por la cual no se adoptó ninguna medida excepcional para ser excluidos de la definición operativa de sector informal.

En el año 2002, el 64,7% de la población ocupada en área urbana trabajaba en el sector informal; el 31,4%, en el sector formal y el 3,8%, en el desarrollo de actividades domésticas.

Dadas las características del mercado laboral urbano en Bolivia, una gran proporción de la población ocupada se encuentra subutilizada parcialmente, pero también una gran parte de esta población desarrolla actividades en el sector informal.

Consecuencia

En consecuencia, la tasa de desempleo abierto, considerada de gran importancia por la opinión pública en Bolivia, proporciona un panorama parcial e incompleto de los principales problemas relacionados a la fuerza de trabajo, requiriendo el complemento de indicadores sobre subempleo y la informalidad y, en general, sobre la calidad del empleo.

El sector formal representó el 31,4% del total de población ocupada en área urbana. Al interior del sector formal, el sector estatal absorbe un tercio de los ocupados (33%), mientras el sector privado empresarial emplea los restantes dos tercios (66%).

Como se mencionó anteriormente, el sector informal ocupó el 64,3% del total de ocupados en área urbana. Al interior del sector informal, el sector familiar absorbía el 73,3% de los ocupados, mientras el sector semiempresarial empleaba el restante 26,7%.

Gráfico 7.5 Bolivia. Distribución porcentual del sector informal urbano 2002

Distribución porcentual - sector informal urbano en Bolivia7.4.1 Características generales de los ocupados en el sector informal

La población ocupada en el sector formal estaba compuesta principalmente por ocupados de sexo masculino, en 68,6%, mientras el 31,4% correspondía a mujeres. En el sector informal existía una similar proporción de ocupados según sexo. Donde se apreció una significativa presencia de mujeres ocupadas, fue en el sector doméstico (cuadro 7.2).

Gráfico 7.6 Bolivia. Distribución porcentual, por sexo de la
población ocupada en área urbana 2002

Cuadro 7.2 Área urbana Perfil de la población ocupada por
sectores del mercado de trabajo 2002p

Área urbana - sector informal urbano en BoliviaEn cuanto a la distribución de edades según sector, cabe destacar que el sector informal constituye un mayor empleador de la población en edades más jóvenes, comparativamente al sector formal, que es un mayor empleador de la población entre los 20 y 49 años.

A partir de los 50 años de edad, nuevamente el sector informal se sitúa como principal empleador. Todo el comportamiento observado es congruente con la composición del sector informal con organización de tipo familiar, donde se ocupan a los hijos (los jóvenes de la distribución), como también a los familiares en edad adulta (los mayores de la distribución).

Utilizando la autoidentificación étnica, basada en una percepción individual que refleja sentimientos de pertenencia con grupos originarios o indígenas, se apreció en el perfil de la población ocupada que en el sector informal y doméstico. Aproximadamente el 50% estaba compuesto por indígenas y el restante, por no indígenas, mientras en el sector formal 60% de los ocupados no se autoidentificaron como indígenas.

Con base en la identificación de la población migrante desde el nacimiento (migración de toda la vida), se apreció que en el sector formal el 52,9% de los ocupados correspondía a migrantes, mientras en el sector informal esta proporción era mayor, 56,6%.

Aunque en el sector informal se encontraban ocupados un mayor número de migrantes de toda la vida, la diferencia no parece ser lo suficientemente importante como para revelar algún comportamiento y/o propensión sobre la relación migración – informalidad.

En cuanto a la educación, se observó claramente que la educación superior constituye la “credencial” más importante para trabajar en el sector formal.

En contraposición, el sector informal representó el principal empleador de personas con bajo nivel educativo.

El sector informal absorbía el doble de personas con primaria incompleta (40,6%) en comparación con el sector formal (20%). Para personas primaria completa o secundaria incompleta, el principal sector empleador era el informal.

A partir de la secundaria completa, la situación se revierte, lo que permite advertir la valoración de la educación en el sector formal. Del total de población ocupada en el sector formal, 41,4% contaba con educación superior como nivel educativo, mientras en el sector informal 13,5% de los ocupados tenía este nivel educativo.

En concordancia con los resultados observados en cuanto al nivel educativo por sector; la distribución de ocupados según grupo ocupacional. Reflejó exactamente el mismo comportamiento; explicado fundamentalmente porque la calificación de las personas determina el límite de sus funciones; y competencias en el trabajo u ocupación que desempeñan.

Las ocupaciones de directivos, profesionales, técnicos de apoyo y empleados de oficina; eran desarrolladas principalmente en el sector formal. Mientras en el sector informal se apreció gran importancia en el desarrollo de trabajo que requiere menor exigencia en cuanto a capacidades. (Ejemplo: servicio de ventas o trabajos en la industria manufacturera de tipo manual y pequeña escala).

7.4.2 Jornadas, ingresos laborales y años de educación

Al comparar la duración de las jornadas laborales entre los sectores informal y formal, se apreció que no existen diferencias significativas entre ambos sectores. Independientemente de cuán productivo sea el trabajo en uno u otro sector, el volumen o quantum de horas es igual entre el sector formal y el informal.

Como un rasgo característico del trabajo doméstico remunerado (que en gran proporción es desarrollado bajo la modalidad “cama adentro” o con residencia en el hogar), se encuentra el desarrollo de jornadas de prolongada duración. En promedio, en el sector doméstico se trabajaban semanalmente entre 9 y 10 horas más que en el sector formal o informal.

Donde se evidencian significativas y reveladoras diferencias es en la percepción de ingresos por el trabajo. En promedio, en el sector formal se obtenían remuneraciones 2 veces mayores a las obtenidas en el sector informal (el doble), y 4 veces mayor a la obtenida en el sector doméstico (incluida la valoración del ingreso en especie recibida por trabajadores de servicio doméstico “cama adentro”).

La comparación de los años de estudio de la población por condición de actividad permite apreciar significativas diferencias entre sectores. En el sector formal, en promedio, la población ocupada contaba con 3,8 años de estudio más que en el sector informal y 5,8 años de estudio más que en el sector doméstico.

Comparando los sectores informal y formal, dadas las características educativas e ingresos, la educación podría constituirse en una variable fundamental para la movilidad entre sectores, es decir, pasar del sector informal al formal.

7.4.3 Pobreza e informalidad

A través de la medición de pobreza por el método de línea de pobreza, se apreció que 45,6 % de la población ocupada en el área urbana se encontraba en esta situación. En el sector formal, el 33,8 % de los ocupados eran pobres, mientras más de la mitad de los ocupados en el sector informal eran pobres, 51,8%. En el sector doméstico, 35,3 % de sus ocupados eran pobres.

Cuadro 7.3 Indicadores de pobreza en la población ocupada del área urbana 2002p

Indicadores de pobreza - sector informal urbano en BoliviaLa brecha de pobreza en promedio para la población ocupada fue 18,6 %. Esto quiere decir que si los ocupados en promedio vieran incrementado su ingreso en 18,6 % del valor de la línea de pobreza, dejarían de ser pobres.

La situación de pobreza de los ocupados informales es más profunda que la pobreza de los ocupados en el sector formal. En promedio, deberían experimentar un incremento en el ingreso de 22,5% del valor de la línea de pobreza para dejar de ser pobres.

Dada la valoración de los ingresos en especie en trabajadores del sector doméstico (ejemplo: vestimenta, alimentos y vivienda), la brecha de pobreza era menor a la del sector informal pero ligeramente mayor a la del sector formal.

La intensidad de pobreza se constituye en un indicador que no tiene una interpretación directa, como en el caso de los otros dos indicadores y se eleva a la condición de variable de desigualdad entre los pobres. Comparativamente entre sectores, se comprobó una mayor desigualdad entre los pobres del sector informal con relación a los sectores formal y doméstico.

La limitación que representa un ingreso menor al requerido para adquirir una canasta básica de alimentos, está medida a través del porcentaje de pobres extremos.

Es decir, refleja la proporción de ocupados que perciben un ingreso menor al requerido para comprar una canasta de alimentos. En promedio, 19 % de los ocupados eran pobres extremos; siendo esta proporción de 9 % de los ocupados en el sector formal y 24,2 % en el informal.

Los indicadores de pobreza presentados dejaron en evidencia la desventajosa situación de los ocupados en el sector informal urbano en Bolivia. Comparativamente con los otros sectores del mercado de trabajo; en cuanto a su situación de bienestar y condiciones de vida.

El bajo nivel educativo que caracteriza al sector informal y los bajos ingresos laborales percibidos; dan a pensar que la actividad informal constituye un trabajo de baja productividad; y posible limitación para la reducción de pobreza en el país.

7.5 Conclusiones del Sector Informal Urbano en Bolivia

El principal problema social en Bolivia no es el desempleo; sino la considerable proporción de ocupados que se encuentran en situación de pobreza. Trabajando en actividades de baja productividad; bajo condiciones inadecuadas de incertidumbre e inseguridad en la percepción de ingresos; y que se reflejan en elevados índices de pobreza e inadecuadas condiciones de vida y trabajo:

  • 58% de la oferta potencial de trabajo participa del mercado laboral
  • 8,7% de la fuerza de trabajo se encuentra Desocupada
  • 80% de los desocupados cuenta con experiencia laboral previa
  • 28% de la población ocupada se encuentra subempleada
  • 64,7% de la población ocupada trabaja en el sector informal

En área urbana, el desempleo afecta principalmente a la población joven. En el año 2002, en promedio los desocupados tienen 10,5 años de educación (equivalente a primaria completa y la mitad de secundaria). Entre los desocupados, 61,5% se encuentra en situación de pobreza.

En el sector formal, el sector estatal absorbe un tercio de los ocupados (33%), mientras el sector empresarial es el principal empleador porque ocupa los restantes dos tercios (67%). En el sector informal urbano prevalece fundamentalmente la organización de tipo familiar (73%) y con menor importancia las relaciones salariales (27%).

Los ocupados por el sector formal cuentan con mayor nivel de educación que el sector informal. En el sector formal, 41 % tiene nivel de educación superior y; 18 % secundaria completa. Mientras en el sector informal, 41% cuenta con primaria incompleta y; 17% con secundaria incompleta.

El ingreso laboral de los ocupados en el sector formal, en promedio; es el doble del ingreso percibido en el sector informal, aunque desarrollan jornadas de similar duración.

Más de la mitad de los ocupados en el sector informal son pobres (por insuficiencia de ingresos). Estas personas deberían experimentar un incremento en sus ingresos de 22,5% del valor de la línea de pobreza para dejar de ser pobres. Es decir, requieren el doble del incremento requerido para los ocupados del sector formal que son pobres. Existe mayor desigualdad entre los ocupados que son pobres y trabajan en el sector informal, comparativamente con el sector formal.

Considerando el bajo nivel educativo y los reducidos ingresos que caracterizan a los trabajadores del sector informal. Parece razonable sostener que la actividad de este sector constituye trabajo de baja productividad. Y por ende, una posible limitación para la reducción de pobreza si no es objeto de políticas públicas específicas.

Bibliografía

ANAND, K.. 1999. Informal sector and its role in employment creation in developing countries.
FERNÁNDEZ, Miguel. Nociones teóricas en torno al sector informal urbano y a la economía informal. En: El sector informal urbano. La Paz – Bolivia. 1986.
GALLART, María Antonia. Habilidades y competencias para el sector informal en América latina: Una revisión de la literatura sobre programas y metodología de formación. 2001.
MARJO, Riitta Liimatainen. Training and Skills Acquisition in the Informal Sector: A Literature Review. 2002.
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Resolución sobre las estadísticas del empleo en el sector informal. Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo. 1993. 1990. Empleo en América Latina y la Heterogeneidad del Sector Informal. Santiago Chile. Los sindicatos y el sector informal. 2001.
RAMÍREZ GUERRERO, Jaime. Capacitación laboral para el sector informal en Colombia. 2002.
TOKMAN, Victor. El sector informal: Quince años después. OIT – PREALC. 1987.


* Los resultados y conclusiones son de exclusiva responsabilidad del autor.
1 Con un nivel de confianza de 95%, no existe diferencia estadísticamente significativa entre ocupados y desocupados. Con el mismo nivel de confianza, existe diferencia entre inactivos y desocupados.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *