Natasha Klauss, más allá de sus Personajes

Natasha Klauss, más allá de sus Personajes

«SOY DEMASIADO FRESCA»

Al igual que Graciela en Entre amores, ella se considera ingenua, impulsiva y consentida, pero aclara que no tiene nada que ver con la esquizofrenia de su personaje, provocada por celos.

Desde pequeña fue la niña consentida de la casa por ser la menor. Sus caprichos, complacidos por su hermana Tatiana, terminaban en regaño para esta última porque hacía lo que a Natasha le gustaba.

Desde pequeña fue la niña consentida de la casa por ser la menor. Sus caprichos, complacidos por su hermana Tatiana, terminaban en regaño para esta última porque hacía lo que a Natasha le gustaba. Como la mayoría de las niñas jugaba a las muñecas, le gustaba hacer de secretaria y constantemente se disfrazaba de Linda Carter para sentirse como la Mujer Maravilla. Cuando cumplió 5 años empezó a estudiar ballet, pero la dicha le duró poco porque tuvo un problema de rótula tan grave que el médico le dijo que no podía seguir con el baile.

Su inclinación por una carrera artística la llevó a la actuación, profesión con la que sus padres, Susana Arrondo y Víctor Rastapquevicius, se sienten orgullos. De ellos rescata la unión, el respeto, el diálogo y el amor que aún, a pesar de tantos años, se profesan. Hoy, Natasha también tiene un hogar y aunque no cree en el amor eterno, alimenta día a día el cariño que hace año y medio le profesó al hombre que ama, el actor Víctor Gómez. Tv y novelas la entrevistó para escudriñar un poco más sobre su manera de pensar y para hablar de Graciela, personaje que encarna en Entre amores, el cual la deja ver como una mujer celosa, cantaletosa y esquizofrénica.

¿Qué tanto esfuerzo le demanda el papel de Graciela?
Mucho, porque es de una sicología bastante complicada. Los libretos exigen mucha energía. Grabar es rico por la experiencia, pero agotador porque termino como si acabara de salir de una terapia.

¿En qué se parece Natasha a Graciela?
Graciela es ingenua y yo siento que soy así; ella habla sin pensar porque es una mujer impulsiva, y a veces siento que también soy así. Ella es consentida, síntoma de que necesita que la hagan sentir importante, y creo que también tengo un poco de eso. En cuanto a lo de la esquizofrenia llevada al extremo, no la tengo porque soy demasiado fresca con los celos. Nunca llegaría a una situación de esas; primero me voy, antes que sufrir de esa manera.

¿Qué es lo rico de hacer ese personaje?
Entenderlo para hacerlo creíble. Siempre he dicho que los actores tenemos la oportunidad de liberar cosas por medio de los personajes para demostrar que eso puede pasarle a cualquier mujer y que se sientan identificadas con lo que uno hace. Eso es lo que me gusta de hacer personajes fuertes.

¿En qué etapa cree que va su carrera artística?
Creo que apenas estoy dando el primer paso. En televisión se pueden ganar muchas cosas, pero a nivel de formación siento que no me he me ganado un espacio. Quiero seguir estudiando porque no he empezado con la formación real. Estas son pruebas chiquitas y siento que todavía no he dado el paso grande. Lo que sí he aprendido es que exige mucha disciplina, la cual no tenía antes.

¿Hasta cuándo quiere actuar?
Hasta que me muera.

¿Qué sacrificios está dispuesta a hacer por su carrera?
Cualquier cosa que no afecte mi tranquilidad, ni mi equilibrio de vida. No dejaría de tener un hijo porque la actuación me lo impide. Creo que la armonía personal y laboral se puede encontrar sin tanto esfuerzo.

¿Cómo se define?
Temperamental, tierna, amiga, esposa, hija y actriz.

¿De qué se jacta?
Es muy difícil que me alabe, pero sé ser paciente con la vida misma. Los problemas no me duran más de dos días porque le encuentro solución a todo, aunque aprendo de ellos.

¿Qué tanto se aferra a los recuerdos?
Poco, me gustan los momentos y ya. Los recuerdos me sirven para saber qué no debo volver a hacer, y no me quedo en lo que viví.

¿A quién recurre cuando está deprimida?
A mis amigos, a mis padres, o a veces necesito estar sola cuando me encuentro así.

¿Qué tan en serio se toma la vida?
Muy poco. No sé si sea defecto o cualidad, pero la vida me la disfruto.

¿Qué no soporta de la gente?
La deslealtad y la hipocresía.

¿Qué la hace sufrir?
Las diferencias sociales; ver tanto racismo me pone triste; me aburren la violencia y la impotencia.

¿Y frente a qué cosas se siente impotente?
Frente a los padres que utilizan a sus hijos pequeños para pedir plata. No se qué hacer. Y frente al poder también me siento así.

¿En qué cree?
En mis protectores, en una abuela paterna, en Dios y en los ángeles, a los que les tengo nombre. Soy muy dada a orar y a conversar con ellos.

¿De quién desconfía?
De las personas que no son capaces de decir lo que sienten y de las deshonestas.

¿Qué tanto le ha cambiado la vida desde su matrimonio?
Mucho, me siento más unida a Víctor, más segura de lo que quiero en mi relación de pareja y en mi vida; me ha servido para saber lo que es la convivencia, he aprendido a meterme en los pantalones de la otra persona, a escuchar y a querer más.

¿Sueña con tener hijos?
Claro, es algo que llega cuando debe llegar.

¿Qué tan planeada tiene su vida?
Muy poco. Por ahora quiero irme a estudiar, pero por lo general no planeo mi vida.

¿Qué se critica a sí misma?
Que soy muy dura conmigo misma, me juzgo mucho.

¿Qué tipo de insatisfacciones tiene?
A veces no me siento completa con lo que hago laboralmente porque siempre quiero dar más y superarme cada día. No me conformo con mis actuaciones.

¿Es feliz?
Sí, para mí la felicidad es un estado, se puede estar triste pero ser una persona feliz.

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