Trotar en el tráfico reduce el flujo de sangre al corazón

Los hombres con enfermedad cardiaca estable que estuvieron expuestos, aunque fuera brevemente, a los gases de combustión del Diésel mostraron menor flujo sanguíneo al corazón, lo que puede aumentar diversos problemas cardiovasculares, entre otros los ataques cardiacos y las arritmias.

Los niveles de contaminación simulados en el estudio sueco fueron similares a los hallados en el tráfico habitual de la ciudad.

Pero no deje de correr, simplemente aléjese del tráfico siempre que sea posible, según recomienda un editorial que acompaña el estudio. Ambos artículos aparecen en la edición del 13 de septiembre del New England Journal of Medicine.

“Existe evidencia sustancial de que el ejercicio reduce el riesgo para toda la vida de enfermedad cardiaca coronaria y nos gustaría invitar a los pacientes de enfermedad cardiaca a hacer ejercicio regular”, aseguró el Dr. Nicholas Mills, coautor del estudio y especialista candidato a consultor en cardiología del Centro de ciencias cardiovasculares de la Universidad de Edimburgo. “Sugerimos, sin embargo, que siempre que sea posible, los pacientes eviten el ejercicio si el tráfico es pesado”.

“Esto deja en claro que es casi como si hubiera un interruptor que se enciende o se apaga con la exposición al humo Diésel”, aseguró el Dr. Len Horovitz, neumólogo del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. “No trote detrás del autobús. No lo haga si el tráfico está pesado. Si está haciendo ejercicio al aire libre, trate de hacerlo a una hora en la que la contaminación y el tráfico estén a su nivel más bajo, es decir, muy temprano por la mañana o bien tarde en la noche después de que pase la hora pico”.

Según la información de respaldo del estudio, la Organización mundial de la salud le atribuye unas 800,000 muertes prematuras alrededor del mundo a la contaminación del aire.

Las investigaciones anteriores han relacionado la exposición a corto plazo a la contaminación del aire con la enfermedad cardiovascular y la muerte. Un estudio halló que la exposición a largo plazo a la contaminación del aire aumentó el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en 76 por ciento. Los peligros parecen ser mayores con los contaminantes de partículas finas.

Un estudio reciente concluyó que una interacción entre las partículas finas presente en el humo del Diésel y los ácidos grasos del colesterol LDL (el “malo”) activa los genes que pueden causar inflamación de los vasos sanguíneos, lo que acelera el proceso de ateroesclerosis. Si se deja sin revisar, la ateroesclerosis puede conducir a obstrucción de los vasos sanguíneos.

El estudio actual examinó a veinte hombres que habían sufrido ataque cardiaco en el pasado, pero cuya enfermedad cardiaca era estable. Los participantes estuvieron expuestos al humo diluido de Diésel o aire filtrado durante una hora en reposo y mientras montaban una bicicleta estática.

Los ritmos cardiacos aumentaron de manera similar tanto en las sesiones de aire filtrado como en las de humo de Diésel. Sin embargo, los del grupo del humo de Diésel tenían menor flujo sanguíneo al corazón. El humo del Diésel también redujo la liberación de activador del plasminógeno tisular endotelial, que reduce los coágulos.

“Por primera vez, hemos identificado mecanismos isquémicos y trombóticos para explicar por qué hay más admisiones hospitalarias por angina y ataque cardiaco en los días en los que hay mayores niveles de contaminación del aire. Ningún estudio anterior había recalcado el efecto directo de la contaminación del aire sobre los vasos sanguíneos y la función cardiaca en pacientes de enfermedad cardiaca coronaria”, aseguró Mills.

En el mundo real, los efectos podrían ser aún peores.

“En la vida real, la exposición al humo de Diésel tiene lugar junto con la contaminación regular del aire, lo que complica la contaminación del aire en el ambiente”, explicó Horovitz.

Sin embargo, no está claro exactamente cómo crea el humo del Diésel este cambio en la sangre. Tampoco está claro qué componente del combustible Diésel es el responsable.

“Sería importante determinar los componentes del humo del Diésel que son responsables de los efectos adversos sobre el corazón y los vasos sanguíneos en investigaciones futuras”, aseguró Mills. “Consideramos que estos efectos están mediados por las emisiones de partículas finas de los motores de los automóviles. Si logramos demostrar esto, entonces la introducción de tratamientos para el humo con el fin de reducir la exposición a las partículas tendría efectos importantes sobre la salud pública.

HealthDay

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