Relación entre Tabaquismo y Parto de Feto muerto

Un gran estudio sobre mujeres durante el primero y el segundo embarazo consecutivos aporta más evidencia de una relación directa entre el tabaquismo y un mayor riesgo de parto de feto muerto o mortinato.

Comparadas con las mujeres que no fumaron durante cualquiera de los embarazos, los investigadores hallaron que aquellas que sí lo habían hecho durante el primero, pero no en el segundo, no tuvieron un mayor riesgo de parto de feto muerto.

De todos modos, las mujeres que fumaron durante los dos embarazos consecutivos tuvieron un 35 por ciento más de riesgo de tener un mortinato que las no fumadoras.

Dado que el estudio halló una disminución en el riesgo de parto de feto muerto en las mujeres que dejaban de fumar, esto sugiere que el tabaquismo podría provocar que el bebé no sobreviva al parto, concluyen L. Hogberg y S. Cnattingius, de Karolinska Institutet, en Estocolmo, Suecia.

Existe una relación sólida entre el tabaquismo durante el embarazo y el parto de mortinato, pero la evidencia que respalda una relación causal es conflictiva, escriben Hogberg y Cnattingius en BJOG: International Journal of Obstetrics and Gynecology.

Para investigar cómo los cambios en el hábito de fumar modifican el riesgo de parto de mortinato, el equipo analizó datos de un registro nacional de nacimientos con 526.691 mujeres que tuvieron su primer y segundo hijo entre 1983 y el 2001.

Las mujeres que fumaron durante el primer embarazo, pero abandonaron en el segundo embarazo, no fueron más propensas a tener un parto de feto muerto que aquellas que nunca habían fumado.

En general, las mujeres que fumaron durante el primero y el segundo embarazo tuvieron un 35 por ciento más riesgo de tener su segundo bebé muerto.

Además, las grandes fumadoras (10 o más cigarrillos por día) tuvieron un 45 por ciento más de riesgo de tener un mortinato en su segundo embarazo, mientras que fumar 1 a 9 cigarrillos diarios durante el segundo embarazo no aumentó el riesgo de tener un parto de feto muerto.

Mientras que el 31 por ciento de las mujeres fumaron a diario al inicio del embarazo en 1983, esa cifra bajó al 10 por ciento en el 2003, destaca el equipo.

De todos modos, concluyen, “ya que fumar es un factor de riesgo prevenible del parto de feto muerto y de otras consecuencias adversas del embarazo, las intervenciones para dejar de fumar deberían seguir teniendo alta prioridad en el trabajo de los centros de cuidados prenatales”.

FUENTE: BJOG: International Journal of Obstetrics and Gynecology, junio del 2007.

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