Prevenir la Pérdida de la Memoria Relacionada con el Envejecimiento

El ejercicio puede ayudar a tratar los problemas de memoria en los adultos, según una investigación australiana reciente.

El estudio, que se enfocó en 138 personas a partir de los 50 años de edad en mayor riesgo de demencia, encontró que un programa de actividad en el hogar llevó a mejoras modestas en la función cognitiva en adultos que tenían dificultades de memoria.

Se asignó aleatoriamente a los participantes, que tenían problemas de memoria pero no cumplían con los criterios para la demencia a un programa de actividad física del hogar de 24 semanas o a recibir la atención usual.

Se exhortó a los que estaban en el grupo de ejercicio a hacer al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana en tres sesiones de 50 minutos. Caminar fue el tipo de actividad más frecuentemente recomendado. Los participantes en el grupo de ejercicio hicieron un promedio de 142 minutos más de actividad física por semana, o veinte minutos más al día, que los que estaban en el grupo de atención usual.

Durante 18 meses, los participantes del grupo de ejercicio obtuvieron mejores puntuaciones en la subescala cognitiva de la escala de evaluación de la enfermedad de Alzheimer (ADAS-Cog) y de recuperación tardía de memoria, y menores puntuaciones en la calificación clínica de demencia, que los del grupo de atención usual. La ADAS-Cog está compuesta por pruebas cognitivas.

Los hallazgos aparecen en la edición del 3 de septiembre de la revista Journal of the American Medical Association.

“Hasta donde sabemos, este ensayo es el primero en demostrar que el ejercicio mejora la función cognitiva en los adultos mayores con deterioro cognitivo leve subjetivo y objetivo. Los beneficios de la actividad física fueron aparentes después de seis meses y continuaron durante al menos doce meses más después del final de la intervención. La mejora promedio de 0.69 puntos en la puntuación ADAS-Cog en comparación con el grupo de atención usual a los 18 meses es pequeña pero potencialmente importante cuando se considera la cantidad relativamente modesta de actividad física que realizaron los participantes del estudio”, escribieron la Dra. Nicola T. Lautenschlager, de la Universidad de Melbourne y sus colegas.

“A diferencia de la medicación, que se ha encontrado no tiene efecto sobre el deterioro cognitivo leve a los 36 meses, la actividad física tiene la ventaja de beneficios de salud que no se limitan sólo a la función cognitiva, según sugieren hallazgos sobre la depresión, la calidad de vida, las caídas, la función cardiovascular y la discapacidad”, añadieron los investigadores.

Señalaron que el número de personas mayores que padecen enfermedad de Alzheimer (EA) podría aumentar de los actuales 26.6 millones a 106.2 millones para 2050. Si se pudiera retrasar el inicio de la EA por doce meses, habría 9.2 millones menos casos de EA en el mundo.

El ejercicio y otros factores del estilo de vida pueden beneficiar a los adultos mayores en riesgo de enfermedad de Alzheimer, escribió en un editorial acompañante el Dr. Eric B. Larson, del Centro de salud de grupo para estudios de la salud en Seattle.

“Los avances de salud del siglo pasado han llevado a que más individuos sobrevivan hasta alcanzar una edad extremadamente avanzada, cuando su riesgo de enfermedad de Alzheimer y otras demencias relacionadas aumenta sustancialmente”, añadió Larson. “El ejercicio, y posiblemente otros factores del estilo de vida, parece afectar el riesgo vascular y la salud cerebral a una edad avanzada”.

HealthDay

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *