Pastilla podría mejorar el Rendimiento Deportivo

Una simple pastilla, combinada con el entrenamiento físico, podría mejorar la velocidad y resistencia de los atletas.

Los investigadores, cuyo informe aparece en la edición del 31 de julio de la revista Cell, descubrieron que los ratones adultos jóvenes que se ejercitaban y tomaban un fármaco desarrollado originalmente para tratar enfermedades metabólicas corrían mayores distancias que los ratones que sólo se ejercitaban. Cuando se añadió otro compuesto la resistencia mejoró aún más, básicamente “hacía creer” a los músculos que habían trabajado diariamente.

Pero más difícil que engañar a los músculos, es traducir esos hallazgos en animales en beneficios para los humanos.

“Es un estudio en animales y una muestra relativamente pequeña”, apuntó Malachy McHugh, director de investigación del Instituto Nicholas de medicina deportiva y trauma atlético del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York. “El hallazgo es muy interesante, pero poner esta investigación de tipo genético en contexto es muy difícil en la primera etapa. Es posible que tenga un gran potencial, pero cuando se estudie en humanos y luego en atletas, puede que ese potencial se desvanezca”.

Las ventajas del ejercicio son bien conocidas: Al reducir la obesidad y mantener el cuerpo dentro de un peso normal, la actividad física disminuye el riesgo de cáncer, diabetes, enfermedad cardiaca y de un gran número de otras enfermedades.

Pero lograr que los individuos hagan entre 30 a 40 minutos de ejercicio al día es otra historia.

En 2004, estos investigadores, del Instituto Salk y del Instituto médico Howard Hughes en La Jolla, California, alteraron el gen PPAR-delta para crear ratones con una composición muscular modificada y mayor resistencia. Estos ratones eran capaces de correr el doble de distancia que sus hermanos “normales” y también tendían a no aumentar de peso, aún cuando seguían una dieta rica en grasa.

El PPAR-delta regula otros genes. Al alterar su función, los investigadores inclinaron básicamente las escalas de las células musculares para que quemaran más grasa que azúcar.

Pero este experimento se realizó en los ratones más jóvenes en la etapa de desarrollo. En otras palabras, estaban “preprogramados”.

¿Podría un medicamento “reprogramar” a un ratón adulto?

Los investigadores administraron un medicamento llamado GW1516, que aumenta la actividad del PPAR-delta, a ratones adultos jóvenes durante cinco semanas. El resultado: cero.

Así que añadieron otro elemento: cuatro semanas de entrenamiento físico. El medicamento en combinación con el entrenamiento aumentó el tiempo de recorrido de los roedores en 68 por ciento y la distancia recorrida en 70 por ciento, en comparación con los ratones que sólo recibieron el entrenamiento físico.

Los músculos de los ratones que recibieron tanto el medicamento como el entrenamiento también mostraron evidencia de nuevos patrones de actividad en los genes no observados en los ratones que sólo tomaron el medicamento o el entrenamiento físico. El patrón fue similar al observado en los ratones manipulados genéticamente con anterioridad.

Añadir otro compuesto, el AICAR, que afecta la actividad de una enzima llamada AMP kinasa (AMPK) no sólo recarga de energía a las células, sino que ayuda al PPAR-delta a activar sus objetivos genéticos.

Los hallazgos, publicados a la víspera de las Olimpiadas de Beijing, también tienen un lado oscuro: el potencial de abuso por parte de los atletas.

Conscientes de este problema, los autores del estudio ya han consultado con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y están desarrollando una prueba para detectar el uso del GW1516.

Más información

U.S. Centers for Disease Control and Prevention tienen más información sobre los niveles de ejercicios recomendados.

HealthDay

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