Nuevo Desfibrilador Implantado

Un nuevo desfibrilador inalámbrico que es fácil de implantar y de mantener podría hacer más fácil la vida de las personas que dependen de ellos para evitar la muerte cardiaca súbita, informan los investigadores.

Un desfibrilador aplica un choque eléctrico para restablecer la función de un corazón que ha dejado de latir. Cada año se implantan cerca de 100,000 dispositivos en Estados Unidos. Los modelos actuales necesitan de cirugías cuidadosas para conectar los cables desde el dispositivo al corazón a través de una vena, un procedimiento que puede dañar el corazón, un pulmón o un vaso sanguíneo, aunque lo haga el cirujano más experto.

El nuevo dispositivo, desarrollado por Cameron Health, una compañía pequeña de California, no necesita de cables y ha funcionado tan bien como los desfibriladores implantados más complicados en varios estudios, de acuerdo con el informe que se presentó el miércoles en la reunión anual de la Heart Rhythm Society en Denver.

Otro informe sobre dos ensayos exitosos realizados en 61 pacientes también se publicó de manera anticipada en la edición del 12 de mayo de la revista New England Journal of Medicine.

“Es una tecnología nueva y emocionante”, aseguró el Dr. Richard Page, catedrático de medicina de la Universidad de Wisconsin y presidente de la Heart Rhythm Society. “Lo que vemos es un enfoque verdaderamente innovador al problema de la muerte cardiaca súbita y de los problemas asociados con la tecnología actual”.

Aún así, es demasiado pronto para dar una evaluación completa, dijo Page, quien señaló que éste es el primer informe que se realiza sobre el uso del dispositivo.

“Es un estudio relativamente pequeño, y hay mucho que aprender acerca de la eficacia y fiabilidad de este sistema con el tiempo”, advirtió.

El nuevo desfibrilador “es un pequeño dispositivo con potencia suficiente para restaurar el funcionamiento del corazón y también puede detectar la actividad eléctrica cardiaca aunque se encuentre fuera del corazón”, dijo el Dr. Gust H. Bardy, profesor clínico de medicina de la Universidad de Washington y presidente fundador del Instituto de Investigación Cardiaca de Seattle.

Detecta la actividad cardiaca, o la ausencia de ella, mediante electrodos que ofrecen “tres ángulos diferentes para ver el corazón”, explicó Bardy. El dispositivo puede diferenciar entre anomalías electrónicas que se originan en el corazón y las que ocurren fuera de él.

En los dos ensayos publicados en la revista, el desfibrilador implantado detectó con éxito los 137 casos de latidos cardíacos anormales potencialmente mortales, algo que se conoce como fibrilación ventricular. Un ensayo más grande en el que se implantarán 340 dispositivos está ahora mismo en la fase de reclutamiento de pacientes, apuntó Bardy.

“Los resultados se entregarán a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) [de EE. UU.] en el verano de 2011”, destacó. “Luego dependerá de las autoridades reguladoras”.

El desfibrilador ya se utiliza en varios países europeos, agregó el Dr. Martin Burke, director del Centro de Ritmo Cardiaco de la Universidad de Chicago. Burke tomó parte en los ensayos que condujeron a la aprobación en Europa y está participando en el nuevo ensayo.

“No hay duda de que todo el sistema, desde la implantación a la programación, hasta los cuidados postoperatorios de los pacientes, es más sencillo”, señaló Burke.

El nuevo dispositivo podría reducir incluso el costo de los desfibriladores implantados, apuntaron tanto Bardy como Burke.

La implantación de los desfibriladores actuales ahora requiere exámenes de fluoroscopia muy costosos, señaló Bardy. “El nuevo no necesita de fluoroscopia y se puede implantar en 30 minutos”, explicó. “Eso reducirá el costo de manera espectacular, y en vista de que actualmente las complicaciones se producen en el 10 por ciento de los casos, puede reducir los costos al eliminar las complicaciones”.

El nuevo desfibrilador se implanta junto al esternón, el hueso del pecho, en un procedimiento quirúrgico mucho más sencillo del que se necesita ahora, señaló Bardy. Y si algo sale mal, “su eliminación se puede llevar a cabo a través de una cirugía relativamente menor en comparación con la cirugía de extirpación actual que se realiza mientras un electrodo se encuentra en una vena”, señaló.

“El espectro de complicaciones disminuye y el costo total del implante mejora, tanto aguda como crónicamente”, apuntó Burke.

FUENTES: Richard Page, M.D, professor and chair, medicine, University of Wisconsin, Madison, and president, Heart Rhythm Society; Gust H. Bardy, M.D., clinical professor, medicine, University of Washington, and founding president, Seattle Institute for Cardiovascular Research; Martin Burke, M.D., associate professor, medicine, and director, Heart Rhythm Center, University of Chicago; May 12, 2010, New England Journal of Medicine,; May 12, 2010, presentation, Heart Rhythm Society annual meeting, Denver

HealthDay

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