Aerosol de Insulina Podría Mejorar los Síntomas de Alzheimer

Un aerosol nasal de insulina podría algún día ayudar a las personas con problemas leves de memoria o enfermedad de Alzheimer inicial a mejorar o preservar su función mental, sugiere un nuevo estudio de tamaño reducido.

Pero los autores del estudio añadieron que se necesita mucha más investigación para ver si la terapia en realidad beneficiará a los pacientes.

La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia en las personas mayores, inicialmente causa dificultades con el pensamiento, la memoria y el lenguaje, y se cree que la disfunción insulínica tiene que ver con los síntomas.

“Aunque es un estudio pequeño, los autores proveen evidencia de la más convincente hasta la fecha de que el tratamiento con insulina podría aliviar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer”, apuntó el Dr. James E. Galvin, profesor de neurología y psiquiatría y director del Centro de Evaluación y Tratamiento de la Memoria Pearl S. Barlow del Centro Médico Langone de la NYU.

Estudios anteriores han sugerido una relación entre la obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Alzheimer, apuntó Galvin. Este estudio “respalda aún más las relaciones entre una señalización afectada de la insulina en el cerebro y el declive cognitivo”, añadió.

Para el estudio de cuatro meses, que aparece en la edición en línea del 12 de septiembre de la revista Archives of Neurology, investigadores de Seattle reclutaron a 104 personas que sufrían de problemas leves de la memoria relacionados con el Alzheimer o con una afección conocida como deterioro cognitivo leve amnésico (DCLA). 36 participantes recibieron 20 UI (unidades internacionales) de insulina al día, 38 participantes recibieron 40 UI de insulina al día, y 30 un placebo.

Los investigadores evaluaron los efectos de la insulina sobre los procesos de pensamiento, el funcionamiento cotidiano y el metabolismo de la glucosa en el cerebro, entre otros factores.

Y al final del periodo del estudio, los que tomaron 20 UI diarias demostraron una mejor memoria de historias, o sea, podían recordar mejor los detalles inmediatamente tras escuchar una historia y tras un breve periodo de tiempo. Ni los que tomaron la dosis más alta de insulina ni los que tomaron el placebo mostraron una mejor memoria de historias.

Además, los resultados de una prueba estándar de demencia administrada antes y después del estudio no mostraron declives en ninguno de los grupos de insulina, en comparación con el grupo del placebo.

Los autores del estudio también hallaron que los participantes con Alzheimer que recibieron una de las dosis de insulina tenían una función preservada, frente a las personas que tomaron el placebo. El grupo de placebo mostró declives ligeros en general.

“Los resultados de nuestro ensayo piloto demuestran que la administración de insulina intranasal estabilizó o mejoró la cognición, la función y el metabolismo cerebral de la glucosa en los adultos con DCLA o Alzheimer”, apuntaron en un comunicado de prensa de la revista Suzanne Craft, del Sistema de Atención de Salud de Asuntos de Veteranos de Puget Sound y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, y colegas.

Se necesita más investigación para ver si la terapia con insulina se puede recomendar para mantener a raya los síntomas de Alzheimer, pero los investigadores se sienten optimistas sobre los hallazgos.

“En conjunto, estos resultados proveen un ímpetu para ensayos clínicos futuros sobre la terapia con insulina intranasal y para más estudios mecánicos sobre el papel de la insulina en la patogénesis del Alzheimer”, escribieron.

El Dr. Sam Gandy, profesor de neurología y psiquiatría y director del Centro de Salud Cognitiva del Centro de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, dijo que los hallazgos podrían llevar a nuevas vías de tratamiento.

“Aunque esto se consideró como un método no convencional, la ciencia básica provee ahora una vía clara y convincente para terapias completamente novedosas para el Alzheimer”, dijo Gandy.

Señaló que, en el cerebro, la insulina funciona de forma distinta que en las demás partes del cuerpo, “así que esta historia podría tratarse de un rol específico en el cerebro de la señalización de la insulina, y no necesariamente sobre el rol de la insulina en la absorción de la glucosa”.

Se están llevando a cabo ensayos que evalúan sensibilizadores a la insulina como la metformina para la enfermedad de Alzheimer, anotó Gandy. “Este éxito clínico y estos nuevos datos básicos nos hacen sentir optimistas de que los sensibilizadores a la insulina podrían tener un beneficio en el Alzheimer”, comentó.

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.

FUENTES: James E. Galvin, M.D., M.P.H., clinical director, Pearl S. Barlow Center for Memory Evaluation and Treatment, NYU Langone Medical Center, and clinical professor, neurology and psychiatry, NYU School of Medicine, New York City; Sam Gandy, M.D., Ph.D., professor, neurology and psychiatry, Mount Sinai Chair, Alzheimer’s Disease Research, director, Center for Cognitive Health, and associate director, Mount Sinai Alzheimer’s Disease Research Center, New York City; Sept. 12, 2011, Archives of Neurology, online

HealthDay

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