Frecuencia de la Mutación 35DELG en el Gen GJB2

En una Población con Sordera No-Sindrómica en Bogotá, Colombia

M. Olarte1, N.Gelvez1, S. Flórez2, D. Medina2. M.L. Tamayo1,2
1: Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Universidad Javeriana.
2: Fundación Oftalmológica Nacional; Bogotá, Colombia.

Resumen

Fue desarrollado un completo programa de tamizaje con el fin de definir la prevalencia de sordera no-sindrómica en Bogotá, Colombia. Nuestro programa distribuyó unas encuestas especiales en las instituciones para niños sordos de Bogotá, en las cuales se preguntaba por las posibles causas de la sordera, la presencia de parientes afectados, consanguinidad en la familia y presencia o ausencia de alteraciones asociadas. Los individuos seleccionados fueron examinados para definir el diagnóstico etiológico. Se realizó un completo examen clínico y una detallada evaluación oftalmológica, que incluyó fundoscopia (examen de fondo de ojo). Aplicamos 731 encuestas, se preseleccionaron para evaluación a 322 individuos con sordera no sindrómica, de los cuales se seleccionaron definitivamente para el presente estudio a 101 personas sordas. Estos 101 individuos afectados fueron clasificados en dos grupos: Sesenta y nueve individuos (68.3%) fueron diagnosticados como sordera no-sindrómica de etiología genética y los restantes 32 (31.7%) como casos esporádicos de sordera no sindrómica de causa indeterminada.

Los estudios moleculares realizados en los 101 individuos seleccionados fueron: SSCP, RFLP y secuenciación. La mutación 35delG en el gen GJB2 estuvo presente en el 17.8% del total de casos seleccionados (18/101); entre ellos, el 77.7% (14/18) correspondió a sordera autosómica recesiva y 22.2% (4/18) a casos esporádicos.

La frecuencia de la mutación 35delG en nuestra población sorda no-sindrómica de Bogotá, resultó ser más baja que la reportada en otros estudios.10-14 El protocolo usado para seleccionar nuestra población fue apropiado para evitar el ruido de fondo en el estudio, ya que se excluyeron los casos de sordera sindrómica y los casos adquiridos confirmados. Esta frecuencia reportada en Bogotá es un dato preliminar para Colombia.

Palabras Clave: sordera no-sindrómica, conexina 26, mutación 35delG, frecuencia.

Introducción

Se ha calculado que la sordera puede ser heredada como un defecto genético en 1 de cada 2000 niños1. De estos, el 30% son casos sindrómicos, el otro 70% son no-sindrómicos involucrando cualquier tipo de sordera neurosensorial.2

Las sorderas genéticas no-sindrómicas se pueden agrupar en cuatro categorías: 3

Autosómica recesiva (AR)
Autosómica dominante (AD)
Ligada a X
Mitocondrial
75-80% de los casos
20-25% de los casos
1-1.5% de los casos
? rara

 

Entre la categoría autosómica recesiva, aproximadamente el 50% de los casos de sordera severa a profunda son clasificados como DFNB1 y son causados por mutaciones en el gen GJB2,4 el cual codifica la proteína Conexina 26 (Cx26), que es un miembro de la familia de proteínas llamadas Conexinas. La mutación más común en este gen es la 35delG, con una frecuencia de 40 a 70%,5,10-13 aunque se han descrito otras mutaciones con frecuencias muy bajas.6

Durante los pasados 10 años realizamos varios estudios en el país, visitando 11 diferentes ciudades, para determinar la causa básica de la sordera en Colombia. Encontramos una etiología genética en el 35% de los casos, una etiología adquirida en el 34% y una causa desconocida en el restante 31%. Entre los casos de etiología genética, se definió sordera no-sindrómica en el 44.1%.7,8

El objetivo general del presente trabajo fue determinar la frecuencia de la mutación 35delG en el gen GJB2, que codifica para la proteína Conexina 26, en una población con sordera no sindrómica, tanto de origen genético como no definido en la ciudad de Bogotá.

Materiales y Métodos

Dividimos nuestra Investigación en cinco etapas:

1. Aplicación de la encuesta

Visitamos 8 diferentes instituciones para niños sordos de la ciudad de Bogotá y aplicamos una encuesta especialmente diseñada para la búsqueda de las posibles causas de la sordera, la presencia de parientes afectados, consanguinidad entre padres y alteraciones asociadas en el propositus. Analizamos cada encuesta y separamos la población afectada con sordera no-sindrómica en dos diferentes grupos: casos sin causa aparente y casos con posible etiología genética.

2. Examen oftalmológico

Realizamos un examen de fondo de ojo a los prese-leccionados, excluyendo los que presentaban alteración al fondo de ojo y seleccionando los normales.

3. Evaluación clínica y entrevista.

Todos los individuos seleccionados fueron entrevistados por el equipo médico. Fue realizada una completa historia clínica y mediante un exhaustivo examen médico, se descartaron los casos sindromales.

4. Selección final

Seleccionamos individuos con diagnóstico confirmado de sordera no-sindrómica y firmaron el consentimiento informado. Se les tomó una muestra de sangre para extracción de DNA. Finalmente, los 101 niños seleccionados fueron reclasificados en dos categorías: sordera de origen genético y sordera de causa desconocida.

5. Pruebas Moleculares

La mutación 35delG es la pérdida de una guanina en una cadena de seis guaninas en la posición 35 del gen GJB2 (Conxina26). Ningún sitio de restricción se pierde o se genera por esta mutación. De manera que para detectarla, es preciso diseñar un mismatch de primers que introduzca un sitio de restricción dependiendo de si la cadena es de 6 ó 5 guaninas, de acuerdo al protocolo diseñado por Wilcox y col.9

Resultados

De las 731 encuestas aplicadas inicialmente, se excluyeron los individuos con sorderas claramente adquiridas y los casos de sorderas sindrómicas. De esta manera se preseleccionaron 322 individuos con un diagnóstico clínico de sordera no-sindrómica de causa posiblemente genética o desconocida. Entre ellos, fue posible examinar el fondo de ojo a 276 niños. En el 74.3% de esos niños (205/276) se observó fondo de ojo normal, mientras que el 19.9% (55/276) mostró un patrón retiniano de sal y pimienta y el 5.8% (16/276) otras alteraciones oculares. En definitiva, se seleccionaron 101 propositus que cumplieron con los requisitos del estudio. Los resultados de la clasificación etiológica preliminar, de la población estudiada.

Resultados Análisis Molecular

Se detectó la mutación 35delG en el gen GJB2 en 18 de los 101 individuos seleccionados (17.8%). El 44.4%

de estos (8/18) fueron homocigotos para la mutación y el restante 55.5% (10/18) fueron heterocigotos .

Ahora bien, extrapolando estos hallazgos a la población total estudiada, podemos decir que entre los 101 propósitos sordos, el 7.9% (8/101) fueron homocigotos para la mutación 35delG, mientras que el 9.9% (10/101) presentó estatus de heterocigoto. Obviamente, esta proporción cambia cuando se diferencia entre población con etiología básica genética o con etiología desconocida.

Análisis RFLP para la mutación 35delG. Carril 1: Control Negativo; carril 2: control positivo homocigoto 35delG; carriles 3, 4, 5: Individuos negativos para la mutación 35delG; carriles 6, 8: individuos Homocigotos mutación 35delG; y carril 7: Heterocigoto mutación 35delG.

En resumen, la mutación 35delG estuvo presente en el 20.2% de los individuos con sordera de causa genética (14/69), mientras que sólo fue hallada en el 12.5% de los individuos con sordera de causa desconocida (4/32).

Discusión

Es claro que el objetivo de este trabajo fue definir la frecuencia de la mutación 35delG en el gen GJB2 de la Conexina 26, en población con sordera no sindrómica de causa desconocida o genética, excluyendo las causas adquiridas. Para seleccionar la población, nos apoyamos en el examen ocular y, por supuesto, los resultados de esta evaluación aplicada a 276 individuos sordos, son relevantes si analizamos que cerca del 26% fueron anormales, reportándose sal y pimienta en casi el 20% (posibles infecciones in-útero) y otras alteraciones retinianas cercanas al 6% (posibles casos sindromales). Esto muestra la importancia de hacer este tipo de evaluaciones en personas sordas, como parte de su aproximación clínica etiológica.

Es claro que un cuidadoso examen médico y una evaluación oftalmológica completa, es una herramienta necesaria en cualquier programa de tamizaje para descartar las causas adquiridas y las sorderas de tipo sindromal. Todo esto justifica los filtros de tamizaje utilizados para determinar nuestra población final de estudio.

Por otra parte, llama la atención la proporción de etiologías determinada por nosotros en la población de estudio (101 individuos). Excluyendo la causa adquirida, se determinó un 68% de causa genética y un 32% de causa desconocida. Esto simplemente nos está demostrando que las causas genéticas de sordera no son infrecuentes, al menos en Bogotá, como ya se había planteado en estudios anteriores en Colombia.7

Nuestro estudio determinó que la frecuencia de la mutación 35delG en la población con sordera no sindrómica fue cercana al 18%, la que ciertamente parece ser un poco menor que lo reportado en otras poblaciones,5,10-13 pero haría falta ampliar nuestra población examinada para determinar la verdadera frecuencia en Colombia. De este 18%, la mutación se presentó en el 44% en forma homocigota y heterocigota en el 56%. El análisis de estas frecuencias siempre debe contemplar la forma como se presente la mutación, puesto que es bien sabido que en los casos genéticos de herencia autosómica recesiva, la causa puede estar dada por el hecho de que un afectado sea homocigoto para la misma mutación o heterocigoto compuesto; es decir, que porte dos mutaciones diferentes en el mismo gen.

Extrapolando las frecuencias al total de individuos evaluados en Bogotá, 101 personas, tenemos que el 7.9% de los casos presentaba la mutación en forma homocigota, en quienes se pudo confirmar entonces la causa genética de la sordera. Por otra parte, el caso de los heterocigotos es más interesante aún. El 9.9% de los casos fueron heterocigotos para la mutación 35delG, en quienes tendríamos varias posibilidades a considerar. En primer lugar, que se tratara de heterocigotos compuestos y faltaría a futuro definir entonces otra mutación en el mismo gen de Cx26, o en otro gen como el de la Conexina 30 y determinar así la causa de su sordera; dado que se han reportado casos de presencia simultánea de mutaciones en la Cx26 y la Cx30 como etiología genética de algunas clases de sordera. En segundo lugar, que se tratara de portadores de la mutación, lo que podría significar susceptibilidad para una causa adquirida de sordera, o bien que son simplemente portadores y la causa de su sordera pudiera ser otra, aún no definida.

Para finalizar, es importante enfatizar que es preciso ampliar el tamaño de la muestra de estudio para definir verdaderas frecuencias en el país, que, además, se requieren estudios posteriores para la búsqueda de otras mutaciones en GJB2 (Cx26) o en otros genes como el GJB6 (Cx30) o inclusive, de mutaciones en otros genes asociados con sordera no sindrómica.

Bibliografía

1. Chirambo MC, Benezra D. (1976). ” Causes of blindness among students in blind school institutions in a developing country”. British Journal of Ophthalmology 60: 665-668.
2. Fraser GR,. (1976): ” The causes of profound deafness in childhood”. The Johns Hopkins University Press. Baltimore.
3. https://www.ich.ucl.ac.uk/cmgs/nsdf
4. Kelsell DP, Dunlop J, Stevens HP. Connexin 26 mutations in hereditary non-syndromic sensorineural deafness. Nature 1997; 387: 80-83.
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6. Lerer I, Sagi M, Malamud E.(2000). “Contribution of Connexin 26 mutations to nonsyndromic deafness in Ashkenazi patients and the variable phenotypic effect of the mutation 167delT”. Ame.J.of Med. Genet 95: 53-5.
7. Tamayo ML, Tamayo GE, Bernal JE, Frías JL (1992): A study of the etiology of deafness in an instionalized population in Colombia. Am. J. Med. Genet. Vol 44: 405-408.
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10. Estivill X, Fortina P, Surrey S. (1998). “Connexin 26 mutations in sporadic and inherited sensorineural deafness”. Lancet 351: 394-398.
11. Scott DA, Kraft ML, Carmi R. (1998) “Identification of mutations in the connexin 26 gene that cause autosomal recessive nonsyndromic hearing loss”. Hum. Mutat 11(5): 387-394.
12. Gasparini P, Rabionet R, Barbujani G. (1999).”High carrier frecuency of the 35delG deafness mutation in European populations”. Eur. J. Hum. Genet. 5: 83-88.
13. Kenneson A, Van KN, Boyle C. (2002). “GJB2 (connexin 26) variants and nonsyndromic sensorineural hearing loss: A Huge review”. Genet Med . ; 4 : 258-274.

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