Editorial, Empalme en la Sociedad Colombiana de Pediatría

Se llevó a cabo en la siempre acogedora ciudad de Barranquilla el proceso de transmisión de mando en la Sociedad Colombiana de Pediatría. Terminó un cuatrenio de lujo que dificilmente podremos olvidar, ni terminaremos tampoco de agradecer lo conseguido en este tiempo, gracias al dinamismo que el Dr. Loaiza le dio a un grupo de colegas que, reunidos en una extraordinaria Junta Directiva, llevaron a cabo en esos 4 años. Una labor inolvidable de la que no voy yo a hacer el recuento, no tiene sentido repetirlo, cuando en lo que él mismo denominó “El empalme” y que se publica en este mismo número, hace el Dr. Loaiza mismo un extraordinario resumen. Si quiero, eso sí, tomarme la vocería de los colegas que tengo la fortuna de que lean esta Revista, para decir nuevamente y con profunda sinceridad ¡Mil y Mil Gracias Dr. Loaiza, Dios se lo pague!

Se inicia un nuevo mandato y a la cabeza de él se encontrará Fernando Visbal, colega de Barranquilla, muy bien conocido por todos nosotros, como que fuera el presidente del Comité Organizador del Congreso Colombiano de Pediatría que hace ya 6 años se llevó a cabo en la puerta de oro de Colombia. Extraordinarios fueron los resultados en ese evento que ya tuvimos oportunidad de registrarlo en esta tribuna en la ocasión correspondiente. No nos extraña, entonces, que los resultados que el Dr. Visbal va a mostrar sean óptimos, como lo ha hecho cuando ha asumido los retos que se le han encomendado.

Ahora al frente de la Sociedad, siendo su presidente y acompañado por un excelente grupo de colegas de las más diversas regiones del país, estoy seguro que nos permitirá mantener el empuje y posicionamiento que la Sociedad ha venido adquiriendo en estos últimos años.

No quiero yo alargarme haciendo presentaciones y pronósticos que no me corresponden. No hizo pronósticos el Dr. Visbal en su toma de posesión, porque él como este Editor, creemos en las obras realizadas y no en las promesas. Ya tendremos oportunidad de relacionarlas en la medida en que se vayan sucediendo. Igualmente tampoco quiero ocupar más espacio y prefiero dejarlo para que sean ellos, los Presidentes saliente y entrante, quienes nos den sus impresiones de este proceso de transmisión de mando, no sin antes desear al Dr. Visbal y a toda su Junta mucha suerte en su gestión y decirles a todos ellos que estamos prestos a servirles a ellos y a la Sociedad.

EL EDITOR

Empalme

Hace 85 años que esta ceremonia viene repitiéndose en forma periódica y regular en nuestra Sociedad y esta historia, que habla de una institución que tiene sus raíces bien insertadas en el tiempo, debe servirnos para afirmarnos en nuestra proyección hacia el futuro.

Las profundas transformaciones culturales que afectan nuestra vida social y comunitaria, que derivan de la crisis social vigente, requiere de espacios donde cuidar lo esencial.

Para muchos, pediatras y personas comprometidas con las necesidades de la infancia, este espacio es la Sociedad Colombiana de Pediatría.

En la fuerza de su causa está su propia fortaleza y en el desafío de la interdisciplina, su riqueza.

Hacer juntos, crecer en el reconocimiento de que lo diverso enriquece, nos llevó a un proceso de integración cada vez mayor. La sociedad no es un fin en sí misma, su objetivo final es promover y cuidar la salud de los niños y adolescentes. Las acciones desarrolladas en estos años estuvieron centradas en objetivos esenciales:

Proyección comunitaria en “Educación para la salud” y el “Buen trato a la infancia, proyecto de paz”.

  • Capacitación y “Educación continua” que iniciamos gracias al empeño y entusiasmo del doctor Fernando Visbal.
  • Defensa del rol del pediatra en el primer nivel de atención.
  • Promoción y facilitación de la investigación.
  • Incremento de los niveles de integración de la Sociedad Colombiana de Pediatría.
  • Refuerzo de las relaciones con otras sociedades pediátricas de América Latina y del mundo.
  • Búsqueda de nuestro propio reconocimiento y posicionamiento ante el Gobierno y el país entero, a la vez que exigimos el derecho a representar a la niñez en instituciones como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y en el Comité Temático por la Paz. Debemos ser asesores del Gobierno y el Estado en problemas jurídicos, docentes, sociológicos y en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad de nuestra población infantil.

 

Cuidamos la calidad y dignidad en el ejercicio profesional y somos defensores de los derechos gremiales de nuestros asociados.

Y podría señalar muchos más logros de la Sociedad de Pediatría gracias a la desinteresada labor de una Junta que ha ejercido la responsabilidad del cuidado del bien común, con la alegría y el orgullo de sentirse parte de un proyecto solidario.

Gracias doctores Fernando Visbal, Carlos Tache, Cesar Verbel, Luis Eduardo Abello, León Jairo Londoño, Rafael Castro, Jorge García, Rafael Otero, Óscar Velásquez, Mariluz Hernández, Hernán Cruz, Hernando Villamizar y Luz María Gómez, nuestra Secretaria.

Alguien debe ocuparse de ayudar a los padres en la crianza de sus hijos y en la protección y cuidado de su salud. Alguien debe velar por quienes han de nacer mañana, facilitándoles una vida mejor.

Los pediatras tenemos labores que cumplir cerca de las familias colombianas, repitiendo una y otra vez los gestos esenciales de nuestra profesión: ayudar, curar tal vez.

Nuestra privilegiada labor cotidiana de trabajar por los niños y sus familias no puede sino ayudarnos a reforzar nuestra esperanza en un mundo mejor: menos violento, más justo, más solidario.

Muchas gracias

Jorge Eduardo Loaiza Correa
Presidente saliente

Saludo del Presidente

N. de la R.: Las siguientes son las palabras de saludo del nuevo Presidente en la ceremonia de transmisión del mando llevada a cabo en la ciudad de Barranquilla el pasado 25 de enero de 2002 en las instalaciones del Country Club de esta ciudad.

La sociedad Colombiana de pediatría tiene un derrotero claro y definido el cual está plasmado en su misión: propender por el bienestar de los niños colombianos, su familia y la sociedad, por el progreso de sus asociados, el fortalecimiento de los vínculos entre sí y con el resto del mundo, para el desarrollo de la pediatría como disciplina del hombre. En esa línea ha venido trabajando la junta directiva en los periodos anteriores y en esa continuaremos estos dos años en los que, gracias a la confianza y respaldo de los colegas de las distintas regionales, he recibido la muy honrosa distinción de presidir la junta directiva de nuestra querida sociedad.

Los proyectos son muchos y ambiciosos y trabajaremos con dedicación para convertirlos en realidad. Nuestro Programa de Educación Continua en Pediatría PRECOP, recibirá toda la atención y planeación necesaria para convertirlo en la herramienta de elección para la formación continuada de nuestra especialidad.

La proyección a la comunidad se reforzará a través de la masificación de la campaña por el Buen trato a la Infancia, la cual ha sido bandera de nuestro proyecto social y nuestra voz como propuesta de paz.

También, a través de alianzas estratégicas con organismos de salud de todas las regionales para el apoyo de programas tales como el fortalecimiento de la estrategia AIEPI, como un mecanismo permanente y eficaz para aumentar la cobertura en vacunación. La inclusión en nuestros eventos nacionales del componente “Proyección a la Comunidad”, como sucedió en la ciudad de Santa Marta, se ratifica en nuestras Jornadas Nacionales de Pediatría en Septiembre de 2002 en la ciudad de San Andrés, como un claro entendimiento que esta labor es parte de nuestro diario quehacer.
La búsqueda de espacios o plataformas desde las cuales tengamos una injerencia directa en las políticas de estado relacionadas con la niñez y la familia serán otra constante de esta junta para lograr tener un impacto en el bienestar psicosocial del niño y la familia colombiana.

Desde ya invito a los pediatras de todas las regiones a esta sociedad de puertas abiertas para que contribuyan con su pensamiento, apoyo y unidad gremial a logros en aspectos sociales, educación a la comunidad, formación continua y mejoramiento constante de calidad y condiciones de trabajo donde quiera que nuestra profesión sea ejercida. Como una muestra clara de este propósito estamos gestionando una línea 9-800 , inicialmente para pediatras, miembros o no de la sociedad, y posteriormente para la comunidad como una extensión de nuestro deseo de escuchar para poder programar.

Reitero mi agradecimiento por la honrosa distinción y mi compromiso de liderar las acciones que estén a nuestro alcance para cumplir con el enunciado de nuestra misión.

Fernando Visbal Amador
Presidente

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