Actitud de los Niños de la Escuela Serrezuelita de Funza Frente a los Ancianos

Beatriz Sánchez Herrera*

* Enfermera. Profesora Asociada, Facultad de Enfermería Universidad Nacional de Colombia
e-mail: Icubillo@bacata.usc.unal.edu.co

Resumen

El presente estudio sobre las actitudes de los niños frente a los ancianos se realizó en una escuela del municipio de Funza, Cundinamarca en donde la Universidad Nacional de Colombia tiene un programa de extensión de la Facultad de Enfermería. Se buscó establecer la actitud de niños escolares frente a los ancianos cuando conviven o no conviven con ellos, para lo cual se empleó una metodología cuantitativa de tipo descriptivo correlacional, en el que se describieron y relacionaron las actitudes de cada grupo de niños.

Se tuvieron en cuenta los 145 niños que acudían en forma regular a la Escuela Serrezuelita de Funza, en las jornadas de mañana y tarde y en los niveles escolares de tercero a quinto de primaria. Se empleó un instrumento que contiene una escala de intervalos aparentemente iguales cuyo método se elaboró para medir actitudes hacia los ancianos como un objetivo social. Este consta de 32 ítems, cada uno con cinco categorías de respuesta con un valor numérico asignado que fue construido y validado por López en 1982.

Y que tiene reportado un coeficiente de confiabilidad del 0,91 a través del método de Sperman Brown.(1) A dicho instrumento se le añadieron preguntas referentes a la edad, curso, jornada y convivencia con el anciano. Los resultados permitieron retroalimentar el programa de extensión al cual perteneció la investigación para fortalecer el vínculo entre las dos generaciones.

Palabras Clave: actitudes, escolares, intergeneracional, enfermería gerontológica

Summary

This study was based on the attitudes of children toward the elderly. It was done in a public school T of the town of Funza, in the Department of Cundinamarca, Colombia, where the National University School of Nursing has an extension program for attending the community. The study intended to establish the attitudes of school age children towards the elderly when these children live with old people and when they don’t live with them. In order to fulfill the objectives a quantitative methodology was selected with a correlative, transversal design. That means that the attitudes of each group of children where described and then the results of both groups where correlated. 145 children of the school “Serrezuelita” where included in the sample. They were al1 regular students, and they attended school either during morning or afternoon in the third, fourth and fifth grades. The research tool was a scale of apparently equal intervals that was developed with the purpose of measuring attitudes toward the elderly as a social object. This tool has 32 items measured with a Likert scale that was developed by Lopez in 1982. “he tool has a reported confiability of 0.91 worked with the method of Sperman Brown(1) Questions regarding age, grade, time of study, and living with old people in the same house. Findings allowed the author to give a feedback to the extension program of the nursing school in order to suggest some strategies to increase the link between the old and young generations.

Key Words: attitudes, students, intergenerational, geriatrics nursing

Introducción

Las modificaciones actuales en la estructura familiar en donde niños y viejos comparten cada día L espacios de vida, con problemas muchas veces por falta de compañía y afecto, hacen que enfermería busque algunas alternativas para responder a estas situaciones de manera integral. Por lo general, la literatura recomienda en forma persistente vincular edades extremas que mutuamente podrían resolver muchos de los conflictos de las dos generaciones, aunque algunos autores se cuestionan la conveniencia de unir personas dependientes.

En la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia se ha optado por apoyar la creación de un programa intergeneracional para el apoyo de niños y ancianos, y como parte del mismo ha iniciado con la presente investigación para determinar cuáles son las actitudes que esos niños tienen frente a los viejos. Se buscó con esto tener una base sólida de trabajo que permitiera clarificar los objetivos del programa comunitario de extensión universitaria.

Desde hace algún tiempo el Municipio de Funza ha mostrado particular preocupación por el fortalecimiento del área de la familia y particularmente por el sector de los niños y los ancianos. Es así, como en el plan de Gobierno de los dos últimos alcaldes es en estos grupos en quienes se ha concentrado la política social.(2)

Por otra parte, es allí donde la Universidad Nacional de Colombia participa con su Programa de Extensión Universitaria el cual inició desde 1993 desarrollando en el Sector de Serrezuelita un Programa de Salud Familiar que posteriormente adquirió un carácter de proyecto de desarrollo para el Cuidado de la Salud a nivel Municipal(3)

En el sector Serrezuelita y de acuerdo con el censo poblacional de 1993, se pudo establecer que los niños constituyen el 35,5% de los habitantes y los ancianos el 5,1% de los mismos. Dentro de estos niños es importante recalcar que aproximadamente el 74,1% de ellos se considera en edad escolar, es decir entre los 6 y los 18 años.(4)

Esta circunstancia junto con el acelerado envejecimiento poblacional que hace prever un gran aumento en el número de ancianos, las modificaciones en la estructura familiar, los problemas que se reportan continuamente entre los grupos de niños con falta de dirección, compañía y afecto, y los problemas de los viejos dentro de los cuales el aislamiento y el desconocimiento del proceso de envejecimiento son frecuentes, hacen en suma buscar soluciones que respondan a tan complejas situaciones de manera integral.

La mayoría de la literatura gerontológica, al igual que la literatura orientada al desarrollo infantil, recomiendan en forma persistente vincular edades extremas que mutuamente podrían resolver muchos de los conflictos de las dos generaciones, sin embargo, a pesar de las indicaciones sobre la creación de programas intergeneracionales para el apoyo de estos miembros vulnerables de las familias, la práctica refleja que estos programas no son frecuentes y en varios casos no tienen objetivos claros para los grupos implicados, ni continuidad en la realización de los mismos.

El autor inquieto ante esta situación y con el convencimiento de que la familia es la entidad fundamental de apoyo al niño y al anciano decidió iniciar un proyecto de trabajo intergeneracional confrontando en primera instancia la actitud de los niños frente a los viejos cuando estos niños conviven con ellos y cuando no lo hacen.

El trabajo se inicia con escolares puesto que sus características permiten, apoyan y parcialmente justifican el trabajo que se realice con este grupo poblacional para el fomento de unas actitudes positivas frente a lavejez y los viejos. Es en esta edad que la actitud se forma, una edad donde se ve dibujar la individualidad, el dominio por la aparición de la autodeterminación y de la iniciativa, donde como lo establecen Arévalo y cols. (1989), “el niño se vuelve capaz de organizar y planear sus actividades, se hace miembro de un grupo que adquiere para él particular importancia, es por lo general razonable, realista y positivo, permite que se le dirija ya que su comportamiento es dócil, flexible y adaptable a las circunstancias, se fija metas y persiste en ellas, está ávido de información e instrucción y organiza sus conocimientos, con inventarios y clasificaciones.(5)

Otro factor que influyó en esta selección es el hecho de que estos niños permanezcan al menos una jornada (mañana o tarde) en sus casas compartiendo espacios con las personas mayores, situación que muchas veces da al niño la oportunidad de relacionarse con los viejos quienes no tienen sobre ellos responsabilidad de crianza sino solamente de cuidado.

La interacción entre niños y ancianos que se ha presentado a través de la historia tiende a ser cada día más frecuente. Se hace evidente a través de los diversos estudios analizados, que las actitudes entre unos y otros influyen en su mutua interacción y en el desempeño de sus papeles y que a su vez retroalimentan la formación o el mantenimiento de las mismas.

Según diferentes autores varios factores afectan las actitudes entre los niños y los viejos, por ejemplo, la edad y la actitud se interfieren mutuamente por lo cual es mandatario que en actividades, programas o proyectos que tengan características intergeneracionales este aspecto sea siempre considerado.

En cuanto a los papeles, la literatura reconoce particularmente la relación entre abuelos y nietos y la clasifica de diversas maneras. Se otorga además una función importante a la generación intermedia como mediadora de la interacción entre las generaciones extremas.

La cultura de un grupo social es también parte de esta actitud. Los mitos, creencias, valores y estilos de vida, permiten que la niñez y la ancianidad tomen matices diferentes y que los eventos que de estas etapas de la vida se desprendan se interpreten de diversas maneras generando por tanto diversas actitudes. En los diferentes estudios realizados en Colombia, por ejemplo, se ha documentado que la mayoría de los ancianos son personas sanas, que viven en la comunidad y cuya funcionalidad se mantiene intacta(6) A pesar de ello, como lo establece Sánchez (1990), los viejos como parte de su proceso vital normal son más vulnerables a la enfermedad y una vez que pierden su homeostasis tienen mayor dificultad para poder recuperarla(7)

Esto unido a las creencias de muchas personas que la vejez y la enfermedad son sinónimos y que estar enfermo es una forma de llamar la atención, puede tener un impacto grande y negativo sobre la actitud de las personas jóvenes hacia sus mayores.

La distancia es también un factor relacionado con la actitud pero la documentación a este respecto es controvertida puesto que algunos autores afirman su valor y otros por el contrario documentan que la cercanía del viejo se asocia a problemas familiares de la generación joven y va en detrimento de su propia autoestima.

Este aspecto respalda también el planteamiento del presente estudio para buscar si es diferente la actitud de los niños frente a los viejos al convivir o no con ellos.

La educación es el factor que se ha estudiado más ampliamente en la literatura como interviniente en la actitud entre niños y ancianos. Los programas intergeneracionales parecen ser la forma más popular y significativa de dar este tipo de educación quizá porque ellos satisfacen muchos de los parámetros anteriores al tener en cuenta factores como la edad y permitir el acercamiento, la interacción, ocupación para los ancianos y el desempeño del rol de cada una de las generaciones extremas. Con base en las recomendaciones de estudios orientados de esta manera se propuso realizar el presente trabajo dentro de un plantel educativo lo cual permitirá dar respuesta a estos niños y a los ancianos a través de un programa preventivo de apoyo al envejecimiento y la vejez sana en este sitio.

El Sector de Serrezuelita cuenta con dos planteles educativos de primaria. La escuela Serrezuelita, es uno de estos y fue allí donde se llevó a cabo la presente investigación. La filosofía de dicha escuela busca con la educación el “despertar, fomentar y cultivar en el niño hábitos de colaboración, respeto mutuo y solidaridad con todos los miembros de la comunidad educativa y de la sociedad en general”, por lo cual la propuesta fue fácilmente acogida.

En cuanto a los ancianos del mismo Sector y de acuerdo con Cadena y cols. (1993) en un perfil del anciano residente que se realizó en Serrezuelita(8) se pudo establecer que son en su mayoría personas sanas, con alto nivel de funcionalidad, con un nivel educativo y adquisitivo bajo y capacitaciones vocacionales que muy pocas veces utilizan. Su participación en actividades comunitarias es infrecuente y en la mayoría de los casos ellos permanecen en sus casas al cuidado de los nietos y de las viviendas.

Se planteó frente a esta realidad el problema que orientó la presente investigación ¿hay diferencias entre la actitud de los niños de la escuela Serrezuelita frente a los ancianos cuando estos conviven o no conviven con ellos?

El objetivo general de este trabajo fue describir y analizar comparativamente las actitudes de los niños escolares del plantel Serrezuelita frente a los ancianos cuando convivían y cuando no convivían con ellos.

Los objetivos específicos fueron establecer la actitud de los niños escolares de segundo a quinto de primaria que estudian en la escuela Serrezuelita de Funza, frente a los ancianos; establecer si el niño escolar convive o no con personas ancianas en su hogar y posteriormente relacionar los hallazgos anteriores.

Las variables del estudio fueron por tanto, la actitud de los niños escolares frente a los viejos y la convivencia o no del niño con los mismos.

Los conceptos de la investigación fue ron definidos como:

  • Actitud de los niños hacia los viejos: es el sentimiento expresado por los niños con respecto a los ancianos como objeto social a través de una escala de actitudes denominada de intervalos aparente mente iguales, de acuerdo con su valor escalar.
  • Niños de la Escuela Serrezuelita: para el presente estudio estos son aquellos escolares que se encuentran matriculados y asistiendo regularmente a clases en la escuela Serrezuelita de Funza en los cursos segundo a quinto de primaria y en las jornadas de la mañana y la tarde.

Convivencia con el anciano: expresa si el niño cohabita (come, comparte tiempo y duerme) en su casa, con personas de una o más generaciones mayores a las de sus padres a quienes el niño identifica como viejos, ancianos o abuelos.

Diseño

El presente estudio es de tipo descriptivo transversal, con contraste. Para su realización se tuvieron en cuenta los niños que acudían en forma regular a la Escuela Serrezuelita y que fueran capaces de leer, comprender y responder un instrumento de medición de actitudes. De esta primera selección se determinó que la muestra serían los escolares que se encontraban entre los cursos de tercero a quinto de primaria. A estos niños se les explicó en que consistía el estudio que se planeaba realizar con el fin de obtener su colaboración y se convino con ellos, sus profesores y directivos una fecha para obtener la información de cada uno de los cursos.

La muestra definitiva fue de 145 niños que se encontraban en la escuela el día de la recolección de la información y que voluntariamente quisieron participar. La aplicación del instrumento se llevó a cabo en las aulas de los niños, durante los horarios habituales de sus labores académicas y en un espacio escogido de mutuo acuerdo con las profesoras de la escuela. Se recolectó la información en forma directa a cada uno d e los alumnos participantes a través del instrumento que fue seleccionado para este estudio y que los alumnos diligenciaron por escrito.

Durante su aplicación se dio lectura a las instrucciones del instrumento para toda la clase en forma tal que se pudieron clarificar confusiones. Una monitora de la maestría de enfermería, entrenada para la aplicación del instrumento, permaneció con cada uno de los grupos para orientar a los estudiantes que así lo requirieran. El instrumento contiene una es cala de intervalos aparentemente iguales cuyo método se elaboró para medir actitudes hacia los ancianos como un objetivo social.

Esta consta de 32 ítems, cada uno con cinco categorías de respuesta con un valor numérico asignado de uno a cinco en donde 5 representa la actitud más positiva del sujeto, 3 representa un punto neutro y 1 la actitud más negativa. El instrumento h e elaborado por López en 1982 y mostró alto nivel de validez y confiabilidad en instrumento se le añadieron preguntas referentes a la edad, curso, jornada y convivencia con el anciano.

Una vez aplicado el instrumento se procedió a tabularlo y analizarlo, y con base en ello se presentan los resultados.

Resultados

Características de los niños de la escuela Serrezuelita que participaron en este estudio: se encuentran entre los 8 y los 14 años, con una edad promedio de 10,6 años y una desviación estándar de 1,5 1. De acuerdo con su edad pueden clasificarse dentro de la etapa de desarrollo de escolares, preadolescentes y adolescentes aunque por observación puede afirmarse que el comportamiento de la mayor parte de ellos corresponde al de niños escolares, a lo cual puede contribuir en gran medida el hecho de que se encuentren vinculados a la escuela primaria sitio en el que se lleva a cabo su mayor socialización.

Dentro del grupo se sabe que hay 47 hombres y 60 mujeres. Llama la atención que 38 de los participantes no reportaron su sexo a pesar de que esta pregunta era explícita y de haber respondido las dos preguntas entre las cuales se encontraba ubicada. Es también llamativo que esto solamente sucedió en los niños de trece y menos años.

El nivel de escolaridad de estos alumnos es de tercero a quinto de primaria con un promedio de 4,18 años de estudio distribuidos así: tercero – 32 niños, cuarto – 55 niños y quinto – 58 niños. De los alumnos participantes en el estudio, 91 se encuentran en la jornada de la mañana (AM) y 54 en la jornada de la tarde (PM), distribuidos de la siguiente manera: de tercero 28 en jornada de la mañana y 4 en la tarde, de cuarto 34 en la mañana y 21 en la tarde, y de quinto 29 en la mañana y 29 en la tarde.

De los 145 niños, el 26% (38 niños) convive con al menos una persona anciana en su casa. Dentro de quienes conviven la edad está entre los 8 y los 14 años como en el total de la muestra, con un promedio de 10,5 años y una desviación de 1,62 años.

El 21,1% cursa tercero primaria, 28,9% cuarto y quinto el 50 Yo restante. La escolaridad promedio del grupo es de 4,1 años de estudio. El 66% de estos niños estudia en la mañana y el 44% en la jornada de la tarde. (Tabla 1)

El 73,8% restante del grupo no convive con ancianos en su casa (107 niños) y sus características son las siguientes: la edad es de 8 a 14 años como en el grupo anterior con un promedio de 10,6 y una desviación estándar de 1,5 años. El 22,4 % cursa tercero de primaria, el 33,6 % cuarto y el 44 Yo restante quinto lo cual da un promedio de escolaridad de 4,2 años para el grupo. De ellos el 61,7 % estudia en las horas de la mañana y el 38,3 % restante lo hace en la jornada de la tarde. (Tabla 1)

Tabla 1. Características de los Niños Participantes del Estudio según
Convivencia o No con Ancianos

Estudio convivencia niños con ancianos

En estos datos es posible observar que las características de los dos grupos (niños que conviven y no conviven con anciano) son similares y que su mayor diferencia radica en el promedio de escolaridad de los niños el cual es de sólo un mes de diferencia.

Al revisar el valor total de las pruebas de actitud de los niños frente a los ancianos se encontró que ésta fue positiva para el grupo en general. Como se explicó anteriormente, la prueba tiene un margen de resultados posibles entre 160 puntos como máxima actitud positiva y 32 puntos como actitud totalmente negativa y los niños participantes tuvieron un promedio de 131,5 puntos, con una desviación estándar de 13,3 1. Los rangos en que estas actitudes se presentaron estuvieron entre 158 y 96 puntos, lo que quiere decir que ningún niño tuvo una actitud negativa ya que bajo los parámetros establecidos para el análisis de este instrumento 96 puntos equivalen a una actitud neutra.

Estos hallazgos difieren de los presentados por Arévalo y Durán (1 99 1), quienes documentan la actitud negativa de la sociedad frente a los viejos lo cual es, según ellas particularmente relevante en la población más joven.

Desglosando la prueba en cada uno de sus ítems se encontró que 31 de las 32 preguntas estuvieron dentro del rango positivo, es decir que en el puntaje de cada ítem que va de 1 a 5 en donde 1 equivale a una actitud totalmente negativa y 5 a una actitud totalmente positiva, todas excepto una pregunta fueron en promedio superiores a 3. (Tabla 2)

No convivencias con ancianos
En su orden de mayor a menor puntaje se encontraron las preguntas referentes a la bondad, limpieza, educación, orden, generosidad, sinceridad, diligencia, suavidad, utilidad, el ser divertida, atención, inteligencia, valor, resistencia, conducta juiciosa, simpatía, belleza, alegría, compañía, justicia, sabiduría, ser conversador, tener muchos amigos, confianza, rapidez, tranquilidad, gracia, fortaleza, modernismo y salud. Solamente la quietud se vio de manera negativa.

Resulta muy interesante comparar estos datos de actitudes de los niños frente a los viejos con los datos obtenidos por Cadena y cols. en el perfil de los ancianos del barrio Serrezuelita citado anteriormente puesto que allí los viejos muestran una actitud muy negativa con respecto a ellos mismos y a la vejez en general. Es importante, sin embargo, recalcar que la actitud de los niños fue estudiada hacia los viejos en general y no hacia este grupo particular.

Este contraste entre la actitud de niños y ancianos hacia los viejos se contrapone a los planteamientos de Matteson, quien documenta que las dos generaciones extremas comparten casi todos los estereotipos que existen frente a la vejez.

Vale la pena anotar que si la actitud, como se definió anteriormente, es una tendencia a actuar de una forma determinada, el hecho de ser esta actitud de los niños frente a los ancianos marcadamente positiva amerita la creación de programas tendientes a reforzarlas.

Al analizar por separado las actitudes de los niños que conviven y los que no conviven con los ancianos (tabla 2) se encontró que las cinco primeras categorías se mantienen iguales en ambos grupos a pesar de la inversión de los puntajes de algunas de ellas.

Lo mismo sucede en las dos categorías más bajas que son iguales para ambos grupos. Como en el caso anterior todos los ítems se encuentran dentro de actitudes positivas excepto por el que hace referencia a la quietud versus inquietud en el cual ambos grupos dieron una calificación negativa.

Al comparar los promedios totales de las pruebas de actitudes entre los niños que conviven y los que no conviven con anciano es interesante el hallazgo de que los primeros tienen una prueba de actitud más alta con un promedio de 133,71 puntos frente a los niños que no conviven con los ancianos cuyo promedio de puntaje fue de 130,71.

Sin embargo, es importante anotar que al hacer la prueba test T para determinar la significancia estadística de este hallazgo, su resultado mostró debilidad en la misma (p > 0,5). Bajo estos parámetros es imposible afirmar que exista una relación entre la convivencia de los niños del Sector Serrezuelita de Funza y su actitud frente a los ancianos. Por tal motivo este estudio no apoya las conclusiones de múltiples investigadores extranjeros sobre la importancia de la proximidad física como factor fundamental en la actitud de los niños frente a los viejos.

Podría pensarse que la idiosincrasia de los habitantes del Sector Serrezuelita de Funza incida en estos hallazgos, si se tiene en cuenta que el concepto de convivencia con el anciano empleado para esta investigación hizo referencia a si el niño cohabita regularmente con una persona anciana en su casa, pero no tuvo en cuenta la proximidad física que se presenta entre las diferentes generaciones y familias de esta población ya que en este sector se han ubicado a través del tiempo muchas personas con vínculos de amistad o parentesco muy estrechos que tienen grados de confianza y cercanía importantes y que sin convivir con los niños en la misma casa si pueden tener gran impacto sobre ellos.

De ser así podría entonces, darse una explicación a la similaridad de las respuestas entre los niños que conviven y quienes no conviven con personas mayores en su casa. Sería interesante verificar estos hallazgos a la luz de una nueva definición operacional del término convivencia en un estudio posterior.

La eventual homogeneidad de las actitudes frente a los ancianos entre los niños de la escuela Serrezuelita que conviven y no conviven con ellos podría explicarse también a la luz de su comportamiento particular de escolares en donde los valores del grupo predominan sobre la influencia externa.

Esta explicación, sin embargo, no ha sido evidente en investigaciones anteriores donde los factores relacionados con las actitudes son diferentes, puesto que allí no siempre ha sido prioritaria la cohesión de los grupos infantiles.

Conclusiones y Sugerencias

  • Este estudio se realizó en el marco de un programa de atención primaria de salud familiar como el inicio de una respuesta concreta a una necesidad social sentida de apoyo entre niños y ancianos que cada día se hace más evidente con las tendencias demográficas y las modificaciones en la estructura familiar.
  • El estudio de la actitud de los niños frente a los ancianos es un tema interesante, útil y novedoso para enfermería que apoyó el desarrollo del Programa Municipal de Salud Familiar de Funza y la comprensión de características y potencialidades de las personas, niñas y ancianas, con quienes se interactúa en el cuidado de la salud familiar.
  • La literatura revisada aporta estudios significativos de factores que intervienen en la actitud de los niños frente a los ancianos en términos de edades de unos y otros, p apeles e interacciones, la cultura y estilos de vida, la salud, la educación y la influencia de la generación intermedia. No se encontraron estudios que abordaran, como el presente la convivencia con el anciano como factor modificante de dicha actitud aunque algunos sostienen que la proximidad física es determinante dentro de la misma.
  • Se encontró una fácil aplicabilidad del instrumento de medición de actitudes de los niños hacia los ancianos diseñado y validado por López y corroborada su aplicabilidad en niños de edad escolar.
  • El estudio cumplió con los objetivos propuestos de describir y analizar comparativamente las actitudes de los niños escolares del plantel Escuela Serrezuelita de Funza frente a los ancianos cuando conviven y no conviven con ellos.
  • Los niños de la escuela Serrezuelita de Funza que participaron en el presente estudio tienen en promedio una edad de 10,5 años, una escolaridad de 4,18 y están distribuidos entre las jornadas de la mañana y la tarde. En conjunto ellos tienen una actitud positiva frente a los ancianos de acuerdo con lo que han referido a través de una escala actitudinal de intervalos aparentemente iguales diseñada para este fin.
  • El 26% de estos niños convive con ancianos en su casa mientras que el 74% de ellos no lo hace. Las características de los dos grupos son similares en cuanto a edad, escolaridad y distribución por jornadas.
  • No se presentó diferencia estadísticamente significativa en la actitud de los niños de la Escuela Serrezuelita de Funza frente a los viejos cuando conviven y no conviven con ellos, motivo por el cual el presente estudio no apoya planteamientos anteriores ni valida los actuales.
  • Se sugiere hacer un nuevo estudio con diferentes criterios de convivencia más acordes con la dinámica social del sector. Esta variable puede haber modificado los resultados encontrados.
  • Los hallazgos del presente estudio difieren de estudios anteriores en los que se ha documentado una actitud negativa de la sociedad y particularmente de las generaciones más jóvenes frente a los ancianos.
  • El hecho de que los niños tengan una actitud positiva frente a los ancianos es un factor de interés que permite sugerir la importancia de encuentros de carácter intergeneracional a nivel familiar y comunitario con el fin de reforzar estos vínculos para obtener no sólo una mejora en la calidad de vida de los ancianos, sino también para disponer en las personas jóvenes los fundamentos de una mejor ancianidad. Sin embargo, los hallazgos del presente estudio no son suficientes para respaldar esta sugerencia de manera efectiva.
  • El reconocimiento de actitudes positivas de los niños frente a los ancianos podría eventualmente fortalecer la autoestima de las personas ancianas, motivo por el cual es pertinente que se conozcan los presentes resultados.
  • Otros estudios en el campo de actitudes intergeneracionales en nuestro medio son mandatorios si se tienen cuenta la poca investigación con que se cuenta y la posible significancia de los resultados para dar respuesta a problemas actuales de las generaciones extremas de la familia y las tendencias demográficas y sociales que muestra la sociedad colombiana.
  • Un estudio de esta naturaleza puede servir de base para comprender y apoyar las actitudes positivas y trabajar actitudes negativas que los niños tengan frente a la vejez y/. a los viejos. De cualquier manera es importante resaltar que las actitudes son multicausales y cambiantes y aunque puede ser muy útil, de ninguna manera un estudio puntual y transversal como el presente es suficiente para fundamentar todo el trabajo.
  • Se sugiere como continuación del presente estudio realizar un programa de educación gerontológica y/o encuentros intergeneracionales dirigido a los escolares del Plantel Escuela Serrezuelita de Funza y hacer un seguimiento sobre el impacto que el mismo tenga en las actitudes de estos niños frente a los ancianos.
  • Sería también valioso estudiar la actitud de los ancianos frente a los niños al igual que las actitudes entre otros subgrupos del sistema familiar. Un panorama más completo de las mismas será sin duda más útil para comprender a los cuidadores de la salud familiar de las familias de Funza, Cundinamarca y seguramente a muchos otros cuidadores con quienes interactúa Enfermería.

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