Plasma fresco congelado y crioprecipitado

El plasma es la fracción líquida de la sangre completa, se separa de los eritrocitos y se congela en término de seis horas de haberse obtenido la muestra, para así usarlo como plasma fresco congelado. Este contiene factores de coagulación en cantidades fisiológicas, factores de coagulación 11, V, VII, VIII, IX, X y XI, proteínas naturales anticoagulantes, electrolitos, albúmina, inmunoglobulinas y proteínas del complemento.

Los crioprecipitados son un concentrado del factor VIII que contienen 100 a 200 mg de fibrinógeno. Es extraído por centrifugación del plasma fresco y su conservación es igual a la enunciada para el plasma.

La coagulación en el recién nacido es menor que en otras etapas de la vida y varía de acuerdo con la edad gestacional. La activación del sistema intrínseco de la coagulación está disminuida, mientras que el tiempo de trombina se encuentra prolongado.

La evidencia demuestra que no hay paso de factores de coagulación a través de la placenta y estos son sintetizados por el feto a nivel del hígado.

Se recomienda solicitar pruebas de coagulación y transfundir sólo ante la evidencia del tiempo de trombina (TT) y especialmente en tiempos parciales de tromboplastina (PTT) prolongados; en tales casos pueden requerirse como terapia de reemplazo durante algunos días.

Indicaciones en la transfusión de plasma y crioprecipitado

La transfusión de plasma y crioprecipitados están indicados para reponer factores de coagulación y en el tratamiento de coagulación intravascular diseminada (CID).(18)

El tratamiento incluye plasma fresco, crioprecipitados y concentrado de factores con plasma fresco el cual se usa con mucha frecuencia debido a que contiene todos los factores de coagulación a nivel del adulto. Como tratamiento adicional se pueden agregar los crioprecipitados para agregar factores VIII y fibrinógeno que se consumen de forma importante en la coagulopatía intravascular diseminada.

Consideraciones especiales

Conservar a -30°C y transfundir a 37°C previa descongelación en el laboratorio
Las temperaturas extremas desnaturalizan las proteínas. El plasma se puede conservar en refrigeración a 2°C para ser utilizado durante las 24 horas siguientes.

Como el plasma no tiene antígenos, sino anticuerpos, no necesita prueba de compatibilidad, solamente requiere la identificación del grupo.

Plaquetas

La unidad de plaquetas se obtiene de una unidad de sangre compuesta, tiene un volumen aproximado de 40 mL y contiene un mínimo de 5,5 x 10″ plaquetas por unidad o bolsa.

La cantidad de plaquetas en el recién nacido es de 150.000 – 4OO.OOO x mm3, valores menores de 150.000 se deben considerar anormales y valores inferiores de 100.000 ameritan investigación clínica.

Trombocitopenia en el recién nacido

Las causas de trombocitopenia en el recién nacido son múltiples y están dadas por disminución en la producción de plaquetas (tromboutopenia congénita, trisomía 13 y 18, leucemia congénita, etc.). Por aumento de la destrucción (coagulación intravascular diseminada; infección sistemática, anemia hemolítica, exanguinotransfusión, etc.). Y por causas maternas como la toxemia, la diabetes, y el consumo de algunos medicamentos.

La mayoría de los casos de trombocitopenia ocurre en niños de bajo peso (menor de 1500 g) con antecedentes de asfixia.

El peligro de hemorragia espontánea aumenta conforme disminuye el número de trombocitos. Por lo cual se deben transfundir plaquetas con fines profilácticos en lactantes a término si tienen menos de 20.000 plaquetas por L. Pacientes con CIV acompañada de 100.000 plaquetas y después de cirugía extracorpórea cuando el paciente presenta hemorragia excesiva, no explicada, sea cual sea el número de trombocitos.

Consideraciones especiales en la transfusión de plaquetas en niños pequeños

Cuando se transfunden plaquetas en niños muy pequeños debe considerarse el volumen de cada unidad plaquetaria. A un solo donante se le pueden extraer hasta 10 unidades de plaquetas por la técnica de plaquetoféresis, que ha sido llamada “plaquetas de un solo donante”. Y contiene como mínimo 5 x 10″ plaquetas por m13. Que es el mismo número aproximado de trombocitos contenidos entre seis y ocho unidades de plaquetas obtenidas de varios donantes

La unidad de plaquetas se preserva a una temperatura entre 20 a 24°C en constante agitación y pueden durar de 3 a 4 días después de ser extraídas. Deben ser transfundidas al paciente a través de un filtro especial que evita el paso de macromoléculas(19-20).

Se deben obtener plaquetas compatibles en grupo y Rh con el donante pues estos concentrados contienen cantidades ínfimas de eritrocitos y plasma. La transfusión de cantidades pequeñas de eritrocitos a(+) a un receptor Rh(-) puede ocasionar sensibilización al Rh.

Para evitar la sensibilización a Rh en personas susceptibles, se deben centrifugar los trombocitos con el fin de eliminar el plasma residual. Y volver a suspenderlos en la solución salina.

La disponibilidad de todos los componentes sanguíneos representa un recurso terapéutico decisivo en el manejo de determinados cuadros hematológicos.

Sin embargo, no cabe duda que su uso se debe racionalizar al máximo por las consecuencias definitivas que pueden tener para el paciente.

Widness y colaboradores realizaron un estudio en un hospital de tercer nivel de atención en Iowa (Estados Unidos). Y encontraron que con el uso de eritropoyetina en niños con muy bajo peso al nacer se disminuyó la cantidad de transfusiones a siete en 1982, a cinco en 1989 y a 2,3 en 1993.

Adicionalmente refieren que el porcentaje de niños recién nacidos con peso entre 1000 y 1500 gramos que nunca recibió transfusión aumentó de 17% en 1982 a 64% en 1993.(21)

En una observación realizada en la Unidad Neonatal de la Fundación Santa Fe de Bogotá, de junio de 1997 a J d o de 1998, se encontró que 41 pacientes con peso entre 600 y 1600 g recibieron en promedio 5,5 transfusiones por paciente, sin uso de eritropoyetina.

Estos datos se alteraron debido a la atención de un paciente de 600 g de peso, con estancia de 51 días, y al cual se le realizaron 27 transfusiones dadas sus múltiples complicaciones.

Aplicación de la eritroproyetina en recién nacidos prematuro

Existen algunas estrategias que pueden disminuir la cantidad de sangre administrada a los recién nacidos tanto en volumen como en número de transfusiones. Además de los criterios anteriormente expuestos, como se expresa a continuación.

Se ha realizado un número importante de estudio(15-22) para considerar si la aplicación de la eritroproyetina recombinante en los recién nacidos prematuros disminuye la cantidad de transfusiones.(20-26)

Los pacientes que parecen beneficiarse con esta terapia son los prematuros menores de 1250 g al nacer. La dosis es de 600 unidades/ Kg/semana en tres dosis, siempre administrando hierro a 3 mg/Kg/ día y duplicando la dosis cuando la tolerancia a la vía oral sea completa.

No hay consenso en la utilidad de la eritropoyetina por lo cual debe evaluarse su costo-beneficio. La altura sobre el nivel del mar y las extracciones grandes y frecuentes de sangre en nuestro medio son argumentos a favor de usarla.

Micrométodos para las muestras de laboratorio

El uso de los micrométodos para el procesamiento de muestras de laboratorio que requieren sólo unas décimas de sangre. Es otro recurso para minimizar las transfusiones en el recién nacido.(“) (Figura 2)

 Equipo de Micrométodo

Figura 2. Equipo de Micrométodo para el Procesamiento de Muestras Sanguíneas

El método utilizado actualmente en algunos bancos de sangre para el empaque de ésta, no concuerda con la necesidad de los recién nacidos que requieren transfusiones de pequeños volúmenes en forma frecuente y por tiempo prolongado. Como resultado de estas prácticas los recién nacidos se exponen a múltiples transfusiones de diferentes donantes y se pierde gran cantidad de sangre.

Actualmente se procura tener un donante único elegido por la familia y se utiliza un equipo de sangre con bolsas satélites que permitan almacenar la sangre en pequeñas bolsas para múltiples transfusiones.(24-25)

Algunos autores han intentado extraer, conservar y posteriormente utilizar la sangre que queda dentro de la placenta (sangre autóloga). Mediante mecanismos de extracción por el cordón umbilical una vez separado del niño.

Se recolecta la máxima cantidad de sangre y se mezcla con heparina para guardarse y transfundirse cuando se necesite. Infortunadamente los estudios que se han hecho al respecto han demostrado una alta contaminación y presencia de coágulos.(26-28)

Referencias bibliográficas

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Preguntas frecuentes

¿Qué son los criosprecipitados?

Los crioprecipitados son un componente sanguíneo que se obtiene mediante el proceso de crioprecipitación del plasma sanguíneo. Este proceso se lleva a cabo mediante la congelación del plasma a temperaturas muy bajas, lo que provoca la precipitación de ciertas proteínas sanguíneas, especialmente el factor de von Willebrand, el factor VIII, el fibrinógeno y el factor XIII.

Estas proteínas son importantes para la coagulación sanguínea y, por lo tanto, los crioprecipitados se utilizan en el tratamiento de trastornos de la coagulación, como la hemofilia y la enfermedad de von Willebrand, así como en situaciones de hemorragia masiva o coagulopatías.

¿Cómo se hace un crioprecipitado?

Donación de sangre: se comienza con la donación de sangre por parte de un donante voluntario. La sangre donada se recoge en una bolsa que contiene anticoagulantes para evitar la coagulación durante el procesamiento.

Centrifugación: la sangre donada se centrifuga para separar los componentes sanguíneos. Este proceso separa los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas del plasma.

Extracción del plasma: una vez que se separa el plasma, este se recoge en un recipiente limpio y se procede a la etapa de crioprecipitación.

Crioprecipitación: el plasma se congela a temperaturas muy bajas, generalmente alrededor de -18°C o incluso más frío. Durante este proceso de congelación, ciertas proteínas sanguíneas, como el factor de von Willebrand, el factor VIII, el fibrinógeno y el factor XIII, precipitan y forman un precipitado conocido como crioprecipitado.

Recogida del crioprecipitado: una vez que se ha formado el crioprecipitado, se separa del resto del plasma congelado y se descongela. El crioprecipitado se puede almacenar en bolsas o recipientes especiales para su posterior uso.

Control de calidad y almacenamiento: antes de ser utilizado, el crioprecipitado se somete a pruebas de control de calidad para garantizar su seguridad y eficacia. Una vez aprobado, se almacena en congeladores especiales a temperaturas controladas hasta que se necesite para el tratamiento de pacientes.

Es importante señalar que este proceso suele llevarse a cabo en un entorno controlado y bajo condiciones estériles para garantizar la seguridad del producto y la prevención de la contaminación.

¿Cuánto tiempo dura el crioprecipitado?

El crioprecipitado, al igual que otros productos sanguíneos, tiene una vida útil limitada cuando se almacena en condiciones adecuadas. Por lo general, el crioprecipitado se puede almacenar congelado a temperaturas de -18°C o más frías durante un período definido.

La duración exacta de la validez del crioprecipitado puede variar según las regulaciones locales y las políticas de los proveedores de atención médica. En muchos casos, el crioprecipitado puede tener una vida útil de hasta un año cuando se almacena adecuadamente en congeladores especiales.

Es importante mantener un control estricto de la temperatura durante el almacenamiento y el transporte del crioprecipitado para garantizar su estabilidad y eficacia. Además, antes de su uso, el crioprecipitado debe someterse a pruebas de calidad para verificar su integridad y potencia.

¿Cuándo se utiliza el crioprecipitado?

El crioprecipitado se utiliza en una variedad de situaciones médicas donde se requiere aumentar los niveles de ciertas proteínas sanguíneas o corregir trastornos de la coagulación. Por ejemplo:

Tratamiento de la hemofilia A: el crioprecipitado es una fuente rica en factor VIII, que es esencial para la coagulación sanguínea. Por lo tanto, se utiliza para tratar la hemofilia A, un trastorno de la coagulación causado por la deficiencia de factor VIII.

Tratamiento de la enfermedad de von Willebrand: la enfermedad de von Willebrand es otro trastorno de la coagulación que se caracteriza por una deficiencia o disfunción del factor de von Willebrand. El crioprecipitado contiene concentraciones significativas de este factor y, por lo tanto, puede utilizarse en el tratamiento de esta enfermedad.

Manejo de sangrado masivo: en situaciones de hemorragia masiva, como traumas graves, cirugías extensas o complicaciones durante el parto, el crioprecipitado puede ser administrado para reponer los factores de coagulación y ayudar a detener el sangrado.

Reemplazo de fibrinógeno: el crioprecipitado es una fuente importante de fibrinógeno, una proteína clave en la formación de coágulos sanguíneos. Por lo tanto, se utiliza en situaciones donde se requiere un reemplazo rápido de fibrinógeno, como en casos de coagulopatía asociada con coagulación intravascular diseminada (CID).

Corrección de coagulopatías congénitas o adquiridas: el crioprecipitado puede ser utilizado para corregir deficiencias o disfunciones de los factores de coagulación causadas por trastornos congénitos, como la hemofilia o la enfermedad de von Willebrand, así como por enfermedades adquiridas, como la insuficiencia hepática.

¿Qué efectos secundarios tiene el plasma?

El plasma sanguíneo y los productos derivados del plasma, como el crioprecipitado, son generalmente seguros cuando se administran adecuadamente y se obtienen de fuentes confiables.

Sin embargo, como con cualquier tratamiento médico, existen riesgos potenciales y efectos secundarios asociados con el uso del plasma y sus derivados. Algunos de estos efectos secundarios pueden incluir:

Reacciones alérgicas: algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas, que pueden variar desde leves, como urticaria y picazón, hasta graves, como anafilaxia. Estas reacciones pueden ocurrir debido a la presencia de proteínas extrañas en el plasma o a la administración de ciertos componentes sanguíneos.

Transmisión de enfermedades infecciosas: aunque los productos sanguíneos son sometidos a rigurosas pruebas y procesos de detección para minimizar el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas, aún existe un pequeño riesgo de infección, especialmente de enfermedades virales como el VIH, hepatitis B y hepatitis C.

Sobrecarga de volumen: la administración de grandes cantidades de plasma o productos derivados del plasma puede causar sobrecarga de volumen, especialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca o enfermedad renal. Esto puede llevar a edema pulmonar, hipertensión y otros problemas relacionados con la sobrecarga de líquidos.

Coagulopatías: aunque el plasma contiene factores de coagulación, en algunos casos, la administración de grandes cantidades de plasma puede diluir estos factores y empeorar la coagulación en lugar de mejorarla. Esto puede aumentar el riesgo de sangrado en pacientes propensos a la coagulopatía.

Transfusión relacionada con la lesión pulmonar (TRALI): la TRALI es una complicación poco común pero grave de la transfusión sanguínea que puede ocurrir después de la administración de plasma o productos derivados del plasma. Se caracteriza por dificultad para respirar, hipoxemia y opacidad pulmonar en radiografías de tórax.

¿Cómo se conserva el crioprecipitado?

Almacenamiento en congeladores especiales: el crioprecipitado se almacena típicamente en congeladores especiales diseñados para mantener temperaturas consistentemente frías. Estos congeladores pueden alcanzar temperaturas de al menos -18°C o más frías. Algunos lugares de almacenamiento pueden utilizar congeladores ultrabaja temperatura para garantizar una conservación óptima.

Control de temperatura: es fundamental controlar cuidadosamente la temperatura del congelador para asegurarse de que se mantenga dentro del rango deseado en todo momento. Los congeladores suelen estar equipados con sistemas de monitoreo de temperatura y alarmas para alertar sobre cualquier desviación de la temperatura deseada.

Protección contra la luz: el crioprecipitado se almacena en recipientes opacos para protegerlo de la luz, ya que la exposición a la luz puede afectar la estabilidad de ciertas proteínas en el producto.

Etiquetado y organización: es importante etiquetar claramente los recipientes de crioprecipitado con información como la fecha de congelación, la fecha de caducidad, el número de lote y cualquier otra información relevante. Además, los recipientes deben estar organizados de manera que sea fácil acceder al crioprecipitado más antiguo primero (principio FIFO: primero en entrar, primero en salir).

Transporte seguro y adecuado: si el crioprecipitado necesita ser transportado desde el lugar de almacenamiento hasta el lugar de uso, se debe asegurar un transporte adecuado en contenedores aislados y congelantes para mantener la temperatura requerida.

Cumplimiento de regulaciones y estándares de calidad: se deben seguir todas las regulaciones y estándares de calidad pertinentes para garantizar la seguridad y la calidad del crioprecipitado durante el almacenamiento y el transporte.

Al seguir estas pautas, se puede garantizar que el crioprecipitado se conserve de manera segura y eficaz hasta su uso clínico.

¿Cómo se descongela el crioprecipitado?

El crioprecipitado se descongela generalmente de manera controlada para preservar su integridad y eficacia. Es importante seguir estos pasos:

Retirar del congelador: retira el crioprecipitado del congelador y colócalo en un área designada para el proceso de descongelación. Es importante manipular el crioprecipitado con cuidado para evitar la agitación excesiva o la exposición a la luz directa.

Descongelación gradual: el crioprecipitado se descongela gradualmente para evitar dañar las proteínas y otros componentes presentes en el producto. Esto se puede lograr colocando el crioprecipitado en el refrigerador y permitiendo que se descongele lentamente durante varias horas o incluso durante la noche.

Nunca descongelar a temperatura ambiente: es importante evitar descongelar el crioprecipitado a temperatura ambiente, ya que esto puede aumentar el riesgo de degradación de los componentes y contaminación bacteriana.

Evitar el calentamiento excesivo: nunca descongeles el crioprecipitado utilizando métodos de calentamiento rápido, como el microondas o el baño de agua caliente. El calentamiento excesivo puede dañar las proteínas y comprometer la eficacia del producto.

Inspección visual: después de la descongelación, inspecciona visualmente el crioprecipitado para asegurarte de que esté completamente descongelado y no presente signos de daño, contaminación o alteración. Descarta cualquier producto que parezca anormal o sospechoso.

Uso inmediato o almacenamiento: una vez descongelado, el crioprecipitado puede utilizarse inmediatamente según las indicaciones médicas o almacenarse por un tiempo limitado según las pautas de almacenamiento recomendadas por el fabricante. Es importante seguir las instrucciones específicas proporcionadas por el proveedor de atención médica o el fabricante del producto para garantizar su uso seguro y eficaz.

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