Amenorrea Inducida por Ejercicio: La Mujer Deportista

El ejercicio físico intenso puede suprimir los ciclos menstruales en muchas de las mujeres postpubertales, principalmente en aquellas que practican deportes de resistencias.

Al disminuir la actividad o en los periodos de descanso, se restaura el ciclo menstrual normal sin afectar la fertilidad (Warren, 1980).

La influencia del ejerció, sobre la función menstrual depende de la intensidad del entrenamiento. Las causas de la amenorrea inducida por el ejercicio son similares a los del retardo de la menarquia (bajo peso y porcentaje grasa, déficit de energía o estrés físico o emocional), pero el mecanismo es diferente.

Las investigaciones para analizar los niveles hormonales de las atletas amenorreicas no muestran datos parecidos o que se correlacionen. Son muchos los trastornos en la función endocrina que se han encontrado, acortamiento de la fase lútea, alteraciones en la secreción de la hormonaluteinizante. Algunas mujeres presentan bajos niveles de estrógenos, mientras que otras son anovulatorias y euestrogénicas.

Los atletas con anovulación y niveles normales de estrógenos pueden tener más riesgo de hiperplasia endometrial o adenocarcinoma. Pero el riesgo es poco significativo cuando la Amenorrea Inducida por Ejercicio ha sido menor de cinco años o en mujeres menores de veinte años.

Por otra parte, las atletas con bajos niveles de estrógenos deben ser concientizados de los efectos negativos que esto tiene sobre la densidad ósea. Aunque sea necesario que pasen muchos años con bajos niveles de estrógenos para que estos efectos se produzcan.

La Amenorrea Inducida por Ejercicio entre las mujeres deportistas es potencialmente reversible.

Es importante resaltar que la amenorrea inducida por ejercicio, no protege contra el embarazo.

Osteoporosis

Otro de los problemas relativos de la triada es la pérdida de la obesidad mineral ósea, tanto la Amenorrea Inducida por Ejercicio y la oligomenorrea pueden reducir la densidad mineral ósea y aumentar posteriormente el riesgo de fracturas por estrés.

En los últimos diez años, estudios importantes han sugerido que: la reducción del ejerció, un incremento en la ingesta de alimentos y un aumento del pero corporal puede ayudar a restaurar la menstruación. y esto ayudar a mejorar la densidad ósea en las atletas amenorreicas.

Sin embargo se ha observado que la mineralización ósea no regresa a los niveles iniciales en estas deportistas (Steen, Suzarne, 1997). Varias investigaciones sobre este tema han sugerido que la densidad ósea en la mujer es directamente proporcional al número de ciclos menstruales que ha tenido.

Desde el nacimiento la masa ósea del individuo aumenta con la edad hasta alcanzar su máximo pico, en la tercera década de la vida. Después de la pubertad las ganancias son mínimas, hasta llegar a los treinta años, edad a partid de la cual se produce un descenso leve del contenido de calcio en los hueso, y en las mujeres se acelera después de la menopausia.

Por tanto para mantener la salud ósea, especialmente en la mujeres, es muy importante llegar a los treinta años con el máximo de masa ósea posible. Si por el contrario, durante la adolescencia o primera juventud se pierde masa ósea, las consecuencias serán la osteopenia y la osteoporosis, que además de agravarse en el futuro, se adelantara varios años.

Actualmente se tiene claro que el ejercicio aumenta la mineralización ósea:

En todas las edades y en ambos sexos, incluso con actividades ligeras. Sea cual fuere el tipo y la intensidad del ejerció, cuando se realiza durante la adolescencia y los primeros años de la juventud (12-35) hace que la premenopausia se observen valores de densidad ósea más elevados que en las mujeres que no realizan ejercicio (esto se ha demostrado principalmente en la columna lumbar y el cuello del fémur). La excepción a este hecho son las nadadoras. (Drinkwater).

Fig. 1. El individuo que entra en la edad adulta con una masa ósea máxima alta puede perder las mismas cantidades de hueso que el que tiene una masa ósea menor. sin embargo permanecerá por encima del umbral crítico de fractura.

El ejercicio de gran intensidad puede aumentar la densidad mineral ósea en determinadas localizaciones del esqueleto que soportan una tensión máxima. Se ha demostrado que este aumento de la masa ósea en puntos específicos, se produce incluso en los deportistas amenorreicas y oligomenorreicas y se debe a que las fuerzas mecánicas de carga son intensas en determinadas locaciones, proporcionando así un estímulo osteogénico más efectivo que con fuerzas menores generalizadas.

Sin embargo no se puede concluir que gimnasta o patinadoras amenorreicas no vaya a sufrir de osteoporosis prematura. Se deben seguir las mismas pautas preventivas y terapéuticas en todas las mujeres deportistas con trastornos de la alimentación y disfunción menstrual, hasta que se realicen más estudios.

Efectos negativos del ejercicio sobre el hueso:

Muchos estudios sugieren que las alteraciones de la menstruación, especialmente la amenorrea y la oligomenorrea en las deportistas. Se acompañen en una alta frecuencia de una disminución de masa ósea.

No es claro si la fijación del calcio por el hueso a consecuencia del ejercicio, sufre alguna modificación cuando las deportistas no presentan regularmente sus periodos menstruales o ingieren dietas deficientes en calcio, sin embargo en la mayoría de las investigaciones cuando se disminuyen los entrenamientos y se aumenta la ingesta de calcio, se reestablece la menstruación y la densidad mineral ósea aumenta. Por el contrario el mantener el mismo nivel de entrenamiento mantiene la amenorrea y disminuye la masa ósea, a pesar de la suplementación de calcio (Lingergh y Col, Drinkwater y Cols).

Factores de Riesgo

Todas las mujeres deportistas tienen un riesgo potencial de desarrollar los trastornos de la triada. Sin embargo, parece que existe un perfil de riesgo que incluye a las mujeres que practican deportes en los que se considera que el bajo peso corporal y la baja grasa corporal son una ventaja (gimnasia, patinaje artístico, carreras de fondo), especialmente si son atletas de élite o de un nivel altamente competitivo. La atletas de deportes individuales parecen que tienen mayor riesgo que las que practican deportes en equipo.

Entre las mujeres que desarrollan la triada es frecuente que la principal preocupación sea alcanzar y mantener un “peso ideal” o un porcentaje de grasa óptimo. Ya que asocian el bajo peso o porcentaje grasa con mayor rendimiento, aunque esto no es totalmente cierto, y depende de muchas circunstancias.

Este deseo, es la mayoría de las veces promovido y apoyado por el entrenador, padres, etc. Lo cual aumenta la presión y en algunos casos que, por su factor genético, no tienen la facilidad para alcanzar el somatotipo esperado, los trastornos alimentarios se agudizan y pueden desencadenar la triada.

Diagnóstico y Tratamiento en Amenorrea Inducida por Ejercicio

La prioridad es la prevención, la cual se inicia con la educación en salud, nutrición y aspectos psicológicos a los deportistas, entrenadores, preparadores físicos, padres y a todas las personas que conformen el equipo de atención integral al deportista.

Primero se deben identificar los deportistas a riesgo, prevenir y tratar tempranamente los problemas antes que se desarrollen.

De acuerdo con las causas y la gravedad de los trastornos de la alimentación, amenorrea u osteoporosis, se debe orientar el problema.

Establecer el diálogo con la paciente

Es indispensable que el grupo interdisciplinario (médico, nutrición, entrenadores y familia) escuche a la paciente sobre sus inquietudes, el por qué de sus conductas, cambios de hábitos y temores. Evitando prejuzgar o castigar su conducta.

Se le debe explicar el trastorno que presenta, que es una enfermedad, y los riesgos que tiene par su salud y bienestar.

Evaluación Diagnóstica

  • Historia Clínica

    Hacer énfasis en el área ginecológica: características de sus menstruaciones, edad de la menarquia, frecuencia y duración de sus períodos menstruales y fecha de su última regla.

Antecedentes médicos de enfermedades crónicas, infecciones, cirugías previas, medicamentos, lesiones y fracturas por estrés.

  • Historia Deportiva

    Anamnesis sobre el ejercicio que práctica, horas semanales que dedica al entrenamiento, intensidad del mismo, tipo de trabajo que realiza.

  • Historia familiar

    Antecedentes de enfermedades familiares, peso de sus miembros, problemas nutricionales o hábitos alimenticios

  • Historia Psicológica

    Que incluye factores generadores de estrés en su vida (académicos, deportivos, familiares, laborales, etc) estado de ánimo habitual, concepto de su propia imagen corporal y autoestima.

Anamnesis Alimentaria

Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos, los trastornos alimentarios son el factor desencadenante de la triada. Se debe hacer un interrogatorio alimentario completo, que abarque el reporte mínimo de cinco días. Incluyendo fin de semana, del consumo diario de alimentos (con cantidades, formas de preparación y frecuencia del consumo de alimentos) fuentes de nutrientes específicos como Calcio, Hierro, Proteínas de alto valor biológico, consumo de carbohidratos, etc.

Es importante hacer una lista de los alimentos rechazados, que no gustan y que no incluye en su dieta. Para evaluar las principales deficiencias, por qué son rechazados, y cambiar falsas creencias o conceptos errados sobre ellos.

Prescripción de Plan alimentario

De acuerdo con la anamnesis evaluar la ingesta calórica y de nutrientes, y ajustar la dieta a las necesidades nutricionales (según peso actual, peso esperado, porcentaje de grasa, edad, novel de crecimiento, gasto energético por actividad física y nivel de rendimiento).

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