Aborto: La Triste Realidad

Bogotá. Las mujeres en la marginalidad, el desplazamiento o la extrema pobreza no planifican: lo de la anticoncepción les entra por un oído y les sale por el otro. Tienen la autoestima por el suelo pues planificar es protegerse de un embarazo tras otro.

Pero esas pobres mujeres, embarazadas y violentadas, ¿qué autoestima pueden tener?…las capacitamos para hacer bien el trabajo doméstico pues no saben leer, ni escribir, no saben hacer nada. Para aprender a prevenir enfermedades comunes en los niños, como la diarrea, las llevamos a la Secretaria de Salud donde también les enseñan a identificar signos de alarma. Y con abogadas les hacemos talleres sobre derechos ciudadanos.

Así vamos construyendo grupos en los barrios. Apoyamos a la madre soltera que -en general- llega con el cuento del embarazo indeseado. Pero la verdad es que la expulsaron del hogar por el embarazo; en casa de una amiga empieza su recorrido. Cuando no encuentra más dónde quedarse, termina en la calle y en esa noche le caen las redes de prostitución. Y se inicia en el oficio.

Por trabajar con prostitutas del centro de Bogotá durante cinco años, pudimos identificar que la prostitución tiene relación con el embarazo no deseado. Para que otras mujeres no caigan, las enviamos donde unas monjitas francesas, Hijas del Corazón Misericordioso de María.

Pagamos una beca por su estadía mientras nace el bebé y puede conseguir un trabajo pues a una embarazada nadie se lo da.

Aborto: La Triste Realidad

¿Y si abortan? No las condenamos: las apoyamos. Y hacemos trabajo psicológico para que puedan conciliar con tan dolorosa experiencia. Lo más importante es que aprenda a prevenir más embarazos indeseados. ¿Y cuándo nace el niño?

Apoyamos la adopción como buena opción para el embarazo no deseado, pues llena un vacío. La motivamos para que en vez de abandonarlo o mantenerlo desnutrido en todo sentido, lo de en adopción a través de casas reglamentadas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Y hacemos un trabajo psicológico fuerte pues a veces la reacción al oír de adopción, es: “No regalo a mi hijo”.

(Apartes de una entrevista de Lucy Nieto de Samper a la psicóloga Cristina Villarreal, estudiosa del tema de sexualidad y salud reproductiva. Aborto: La Triste Realidad. Lecturas Dominicales Mayo 24 de 2006)

Del Editor. Si en algo estamos de acuerdo católicos, ateos, hermanos separados o de otras religiones es en que el aborto es algo indeseable. Hay que atacar sus causas y seguir apoyando las estrategias para tenderles la mano a las mujeres vulnerables.

En su visita a Colombia en 1986, Juan Pablo II en el Templete Eucarístico nos recordó que había personas a quienes -por la indignidad a las que las había llevado la marginalidad y la indigencia, sin derechos humanos- les quedaba muy difícil observar conductas morales.

O puesto de otra manera (y corríjannos si recordamos mal), para la observancia de la ética -es decir, para no vivir como animales- es fundamental la observancia de los derechos humanos y un mínimo de bienestar: nutrición, techo, educación, salud…

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