Fases del Proceso de Enfermería en el Recibo y Entrega de Turno

Valoración

Uno de las actividades importantes para el recibo y entrega de turno es la valoración pues incluye la recolección y organización de los datos que conciernen a la persona, familia y entorno. Son la base para las decisiones y actuaciones posteriores. La fuente de dicha información son el paciente como fuente primaria, el expediente clínico, la familia o cualquier otra persona que brinde atención al paciente.

La información obtenida durante la valoración exige del profesional una base sólida de conocimientos para su análisis, habilidad en los métodos de valoración, comunicación eficaz que le permitan confirmar los problemas de salud, determinar progreso o retroceso en el estado de salud del paciente y definir la continuidad del plan de cuidados establecido. Durante el recibo y entrega de turno la valoración se realiza a través de la observación sistemática o utilización de los sentidos para la obtención de información tanto del paciente, como de cualquier otra fuente significativa y del entorno, así como de la interacción de estas tres variables. La observación es una habilidad que precisa práctica y disciplina. Los hallazgos encontrados mediante la observación han de ser posteriormente confirmados o descartados.

Diagnóstico de Enfermería

Es el juicio o conclusión que se produce como resultado de la valoración de Enfermería. Este proceso requiere capacidad técnica en el manejo de equipo e instrumental, capacidad intelectual para emitir planes de cuidado eficaces con fundamento científico y capacidad de interacción entre el personal de enfermería y el paciente.

Cuando los profesionales de Enfermería utilizan un lenguaje común para discutir sus planes de tratamiento, la comunicación resulta mejorada y el paciente se beneficia de una mayor continuidad de los cuidados entre los diferentes turnos y entre los diferentes ambientes. (4)

Planificación de los Cuidados de Enfermería

De acuerdo con un diagnostico de enfermería actual o potencial se desarrollan estrategias para prevenir, minimizar o corregir los problemas, así como para promocionar la salud. Una vez hemos concluido la valoración e identificado las complicaciones potenciales y los diagnósticos de enfermería, se procede a la fase de planeación de los cuidados. En esta fase se trata de establecer y llevar a cabo unos cuidados de enfermería, que conduzcan al cliente a prevenir, reducir o eliminar los problemas detectados. La fase de plantación del proceso de enfermería incluye tres etapas: establecer prioridades en los cuidados, plantear los objetivos del paciente con resultados esperados y determinar los objetivos de enfermería. (4)

Una vez que hemos priorizado los problemas que vamos a tratar, procedemos a definir los objetivos que nos proponemos con respecto a cada problema, teniendo presente que los objetivos permiten dirigir los cuidados, identificar los resultados esperados y medir la eficacia de las actuaciones. Los objetivos deben ser objetivos, médiales y específicos.

Este plan de actividades se debe reflejar durante el recibo y entrega de turno pues no sólo debe estar acorde con la problemática encontrada, sino que es el momento de evaluar y reconsiderar el plan implementado con el fin de buscar medidas dirigidas al mejoramiento donde juegan un papel importante el paciente, su familia y los recursos dispuestos para el cumplimiento de los objetivos.

Actividades de Enfermería

Las actuaciones de enfermería son aquellas intervenciones específicas encaminadas a eliminar los factores que contribuyen al problema ayudando al paciente al logro de los resultados esperados, siempre que sea posible con la intervención de la familia.(4)

Los servicios de enfermería producen beneficios de manera indirecta a quienes participan en el proceso salud-enfermedad como generadores de riesgo para la salud o protectores para la calidad de vida. La participación de la familia como uno de los beneficiarios del servicio de enfermería, comporta un gran potencial para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas y lograr que la persona cuidada recupere su autonomía, capacidad de auto cuidado o independencia con un alto grado de satisfacción. (1)

Estas actividades pueden ser de tipo dependiente o que requieren la indicación médica, interdependiente que se llevan a cabo con otros miembros del equipo de salud o independiente de acuerdo con el criterio el diagnóstico de enfermería. Igualmente pueden ser individualizadas de acuerdo con una situación particular del paciente o estandarizadas si responden a protocolos o guías de manejo institucionales.

En la elaboración de actividades han de tenerse presente los recursos materiales, desde la estructura física del servicio hasta su equipamiento y los recursos humanos, en la cantidad y calidad requeridas.

Proceso de Recibo de Turno

Fase Final del Recibo de Turno

Todos estos aspectos deben considerarse en un recibo y entrega de turno, comunicar las actividades implementadas, las dificultades encontradas y los efectos en la respuesta esperada con el fin de que tengan un manejo continuado con los ajustes pertinentes, la intervención de la familia, la participación de otros integrantes del equipo de salud y todos aquellos aspectos que puedan intervenir positiva o negativamente en el proceso de atención y recuperación de la salud.

Evaluación

La evaluación es un proceso que requiere la valoración del estado de salud del paciente como resultado de la intervención de enfermería con respecto a los objetivos propuestos con el fin de establecer correcciones al plan de cuidado.

Como vimos, durante todo el Proceso de Enfermería se aplica la evaluación aspecto para resaltar en este artículo, pues es parte fundamental de un proceso de recibo y entrega de turno. La retroalimentación permanente en equipo nos enriquece profesionalmente siempre y cuando a dicho proceso se le de la relevancia que merece, con rigurosidad, ética, profesionalismo y una base sólida de conocimientos científicos.

“Ser consciente de todos los factores que influyen en el ejercicio de los cuidados de enfermería y considerar las implicaciones de cuidar bien a un ser humano, es una de las garantías fundamentales de la buena practica profesional. Además, tener conciencia de lo que es moralmente valioso facilita el cumplimiento del deber, por lo tanto, a medida que los valores morales y principios éticos son incorporados en nuestra cotidianidad podemos tener una práctica reflexiva y orientada hacia el bien”. (5)

Conclusiones

El proceso de recibo y entrega de turno conlleva todos los conceptos de calidad que enmarcan la intervención de enfermería pues no sólo permite identificar las necesidades del paciente y su familia, validar la información recolectada por el equipo humano dispuesto para su cuidado, reconsiderar y priorizar el plan de actividades propuesto sino que permite evaluar permanentemente las repercusiones del cuidado de enfermería en el estado de salud del paciente y la asignación del recurso humano y tecnológico para su cuidado.

Los profesionales de enfermería en su mayoría, reconocen que el cuidado es un servicio susceptible de mejorarse permanentemente mediante la implementación de estrategias de control en función de la satisfacción de las necesidades del usuario lo cual requiere definir procesos, apoyarse en la tecnología y en el conocimiento actualizado.(2)

La ética, la técnica, el conocimiento científico y las relaciones interpersonales como dimensiones de la calidad, constituyen factores requeridos para el logro de la excelencia en el ejercicio profesional.

Referencias Bibliográficas

1. Ortiz Zapata AC. Dimensión del Servicio de Enfermería. 2003; 21(1):86-95.
2. Orrego Sierra S, Ortiz Zapata AC. Calidad del cuidado de enfermería. Investigación y Educación en Enfermería. 2001; 19(2): 78-83.
3. Ortiz Zapata AC. Gestión del cuidado en enfermería. Investigación y Educación en Enfermería. 2000; 18.
4. El proceso de atención de enfermería. Disponible en: https://www.terra.es/personal/duenas/home5. Consultado en agosto de 2007.
5. Molina Restrepo ME. La ética en el arte de cuidar. Investigación y Educación en Enfermería. 2002; 20(2).

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