El Frasco de Mayonesa

el tarro de la mayonesa

Cuando parece que en su vida hay demasiados problemas que manejar, cuando las veinticuatro horas del día no son suficientes, acuérdese del tarro de la mayonesa y de las dos tasas de café tinto.

Un profesor de filosofía se paró delante de sus alumnos; en su escritorio había una serie de objetos. Al comenzar la clase, sin decir palabra alguna tomó un frasco de mayonesa, grande y vacío y procedió a llenarlo de pelotas de golf.

Les preguntó a sus alumnos si creían que el frasco estaba lleno. Claro, respondieron los discípulos. Posteriormente el maestro cogió una caja con guijarros y los derramó en el jarro, acomodándose entonces las pequeñas piedras entre las bolas de golf. ¿Está lleno? Preguntó de nuevo. Estuvieron de acuerdo en que estaba lleno. Una vez más este profesor cogió una caja con arena, la que derramó en el recipiente y por supuesto, la arena llenó lo que faltaba. ¿Creen que está lleno? Si, por supuesto. Sacó entonces debajo de la mesa un par de tasas de tinto, las derramó en el frasco y ahí si se llenaron los eventuales espacios vacíos entre la arena. (Lee también: La Emulsión de Scott en la Cultura Hispanoamericana)

Hubo risa general. Cuando dejaron de reír, el maestro les dijo que este frasco es la vida de cada uno. Las pelotas de golf son las cosas importantes: Dios, la familia, los niños, la salud, los amigos, las aficiones. Son las cosas que –si permanecen, así no tengamos nada más- llenan la vida.

Los guijarros importan también, son el trabajo, tu casa y el carro. La arena son las cosas pequeñas. Si comenzáramos a llenar el jarro con arena en primera instancia, no habrá espacio para pelotas de golf ni guijarros. Igual ocurre en la vida. Si gastas todo tu tiempo y energía en cosas pequeñas, nunca tendrás tiempo para las verdaderamente importantes.

Es necesario que te intereses en las cosas necesarias para tu felicidad. Juega con tus niños, saca tiempo para los exámenes médicos, lleva comer a tu socio, juégate otros dieciocho hoyos de golf; ya habrá tiempo para limpiar la casa y arreglar el lavadero. Pero en primer lugar ocúpate de las pelotas de golf, las cosas que realmente importan, fija tus prioridades; el resto es sólo arena. Un estudiante alzó la mano y preguntó qué representaba el café tinto.

Sonriendo el profesor, la consideró una buena pregunta. Esto es para demostrar que no importa qué ocupado estés, siempre queda tiempo para tomarte un tinto con un amigo.

(Remitido por Jimena T. Jácome, Greenfield, MA)

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