La Problemática y la Medición del Sector Informal: Sector Informal en los Países en Desarrollo

Países en Desarrollo

1.2 LA MEDICIÓN ESTADÍSTICA DEL SECTOR INFORMAL EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO

Una vez que se ha precisado la definición del sector informal, y el lugar que ocupa en el sistema de cuentas nacionales, queda por proponer una estrategia operacional de medición.

El objetivo no es presentar un panorama exhaustivo de los métodos empleados por las cuentas nacionales y por los estadísticos para medir el sector informal en los países en desarrollo. Sin embargo, con apoyo en las numerosas experiencias llevadas a cabo hasta la fecha en los PED, se expondrán las dos soluciones principales dadas al problema de la medición directa de las actividades informales.

La definición teórica lleva a privilegiar una más que la otra. Sin embargo, las contingencias del terreno (estructura del Sistema Nacional de Información Económica, recursos financieros y humanos disponibles, etc.) lleva a pensar que las dos estrategias de muestreo son más complementarias que substitutas.

Se presentan, en una primera parte, las especificaciones y restricciones que impone la medición del sector informal en los países en desarrollo, para luego exponer sus dos soluciones principales. En las dos partes siguientes, se exploran estas dos opciones según una perspectiva costo/beneficio.

1.2.1 El punto de vista del estadístico

La estrategia de recolección es condicionada al comienzo por las características propias del objeto de estudio (en este caso el sector informal en los países en desarrollo) pero luego también por la demanda de los utilizadores.

Desde el punto de vista de la demanda, el objetivo, es ante todo, satisfacer las necesidades del sistema nacional de informaciones económicas, coordinado por los institutos nacionales de estadística, y cuyas cuentas nacionales constituyen un output mayor. La óptica es, pues, puramente estadística, representativa y con una vocación macroeconómica, incluso si los datos de base pueden cumplir el objetivo de tratos específicos: temáticos o regionales.

La clasificación y la unificación de los conceptos ligados al sector informal remiten a los siguientes comentarios.

1.2.1.1 ¿Medición directa o indirecta?

Un principio de base debe guiar esta reflexión: se necesita privilegiar sistemáticamente la medición directa más que las estimaciones indirectas, cada vez que la primera permite lograr resultados fiables con un costo no prohibitivo.

Si la estimación indirecta del sector informal en los países en desarrollo (o de uno de sus componentes) no es una preocupación nueva en las cuentas nacionales, las encuestas estadísticas sobre el sector informal desde hace más de 20 años ya comprobaron la viabilidad de un acercamiento directo. Por lo tanto, ésta es la via que conviene privilegiar para la cuantificación del sector informal.

Esta elección lleva a descartar los métodos indirectos, especialmente las aproximaciones econométricas basadas en la demanda de moneda o los factores físicos de producción desarrollados para la estimación del peso de la economía subterránea, primero en los países desarrollados a principios de los ochenta (Gutmann 1977; Feige, 1979 ; Tanzi, 1980 y 1983)y luego aplicados en los países en desarrollo (por ejemplo, para América Latina: CEESP, México, 1986 ; ILD, Perú, 1987 ; ILDV, Venezuela, 1987, etc.). Los
principales límites de estos métodos, son2:

– La fragilidad de las estimaciones que dependen de hipótesis arbitrarias y reductoras.
– La imposibilidad de identificar al sector informal en los países en desarrollo entre los diferentes componentes de la economía subterránea.
– La producción de resultados agregados que no pueden ser separados por ramas, etc.

1.2.1.2 El establecimiento como punto de partida

La opción conceptual condujo a escoger el establecimiento como unidad de referencia para definir al sector informal en los países en desarrollo. Por lo tanto, sólo una encuesta a los establecimientos puede servir de fuente de información.

Sin embargo, se necesita precisar, primero, lo que se entiende por establecimiento. Ya se ha expuesto el punto de vista de las cuentas nacionales. Se trata ahora de explicitar la definición desde el punto de vista del estadístico, es decir, susceptible de ser utilizada en un proceso efectivo de encuesta.

Se llama establecimiento a toda unidad económica en donde se ejerce una actividad productiva, cualquiera que sea el ritmo de producción (a tiempo completo o parcial, continua o temporal) o el tipo de local usado (taller, en la vía pública, en el hogar, etc.). Esta opción diverge de la que retienen tradicionalmente los estadísticos encargados de las encuestas a establecimientos.

A menudo, sólo se toman en cuenta a los establecimientos fijos y en “duro”, es decir, los que cuentan con un local específico para trabajar. Queda claro que la definición engloba esta noción restringida de establecimiento.

No parece conveniente dejar de lado una gran cantidad de actividades de producción (en el sentido de las cuentas nacionales), únicamente porque no son realizadas en locales fijos.

La definición de establecimiento es la condición necesaria para poder abarcar de manera exhaustiva el conjunto de las actividades productivas, cualquiera que sea el sector institucional al cual pertenecen; en particular, las actividades del sector informal.

1.2.1.3 Dos estrategias de muestreo concebibles

Se tiene que constituir una muestra de establecimientos, estadísticamente representativa del sector informal en los países en desarrollo. Para esto, se necesita una base de sondeo de establecimientos informales, exhaustiva a nivel nacional. Este imperativo permite juzgar la validez de las diferentes estrategias existentes. Se tienen dos opciones:

– La primera corresponde a la opción más “inmediata”. Consiste en la realización de un censo de establecimientos, el cual servirá luego de base de sondeo para las encuestas más detalladas sobre el sector informal. Este tipo de procedimiento ha sido experimentado desde hace más de 20 años, principalmente en África (Túnez, 1979; Guinea, 1987; Níger,1988; Zaire, 1989; Burkina Faso, 1989).

– La segunda procede de manera indirecta, a través de un conjunto de puestos de trabajo con el fin de obtener una muestra de establecimientos informales. Este método, denominado técnica de encuestas en dos fases o encuesta mixta, ha sido experimentado en México (1987, 1988, 1990 hasta la fecha), en Perú (1991), en Colombia (1995), etc. Esta estrategia de encuesta parece gozar de propiedades estadísticas que no posee la primera, por lo menos en su diseño actual.

En los dos casos, la encuesta sobre el sector informal en los países en desarrollo es una encuesta dirigida a los establecimientos. Mientras que la primera identifica directamente a los establecimientos informales, la segunda transita por una muestra de hogares, y son éstos los que conducen a los establecimientos informales.

Gráfico 1.2
Dos estrategias alternativas de muestreo para medir la actividad del sector informal en los países en desarrollo

Nota: si los marcos muestrales no están disponibles (censo de población y vivienda, censo de establecimientos), los dos métodos pueden ser aplicados a partir de unidades primarias seleccionadas con base en una muestra por áreas.

1.2.1.4 Tomar en cuenta el desarrollo desigual del sistema estadístico

La realización de encuestas representativas sobre los establecimientos informales presupone la existencia de un marco muestral. Sin embargo, no todos los PED tienen las mismas prioridades estadísticas.

Ciertos países ya cuentan con un sistema de encuestas de hogares muy desarrollado (América Latina, Asia), mientras que en otros los esfuerzos se han dirigido más hacia las estadísticas de establecimientos (África).

En numerosos países aún no existen marcos actualizados (censos inexistentes u obsoletos) que cubran el conjunto del territorio nacional. En estos casos conviene proceder a un sondeo aleatorio areolar, donde las unidades primarias provienen de cartografías espaciales. Métodos recientes de muestreo a partir de imágenes satélites han sido desarrollados cuando no existen marcos adecuados.

1.2.2 El método directo: combinar un censo de establecimientos con encuestas sobre el sector informal en los países en desarrollo

A menudo, la medición del sector informal se ha basado en la realización de censos de establecimientos combinados con encuestas específicas sobre dicho sector. Este método ha sido explotado principalmente en África.

Veinte años después de las primeras experimentaciones, ya se ha logrado mejorar los procedimientos de recopilación. Estas experiencias constituyeron un campo de innovación mayor para la elaboración de cuestionarios adecuados al modo de funcionamiento específico de las actividades informales.

La diferencia que prevalecía entre los conceptos de los especialistas (economistas, contadores nacionales, estadísticos, etc.) y la lógica de los productores, ha sido reducido.

En esta óptica, los censos de establecimientos constituyen una condición previa necesaria antes de poder llevar a cabo investigaciones más detalladas. Su objetivo central consiste en un listado del conjunto de los establecimientos a fin de captar las informaciones esenciales que servirán, en un segundo tiempo, para definir procesos de muestreos estratificados. Los agentes censales proceden por recorrido de calles de

la(s) cuidad(es) considerada(s), y ubican los lugares físicos en los cuales se ejercen las actividades de producción. En ciertos casos, las vecindades también son visitadas (Níger), para identificar la presencia de establecimientos al interior.

En cuanto a las actividades ambulantes, éstas no son sistemáticamente tomadas en cuenta, y cuando lo son, las operaciones estadísticas consisten en enumerarlas, y raras veces en la aplicación de un cuestionario detallado.

Conviene distinguir tres tipos de censos de establecimientos en función del universo cubierto: los censos del conjunto de los establecimientos, los censos de establecimientos informales, y los censos que sólo proceden a una enumeración sin cuestionario detallado.

En la inmensa mayoría de los casos, dichos censos fueron llevados a cabo sobre un subconjunto del territorio nacional, principalmente en la capital, a veces en el conjunto de las zonas urbanas, y rara vez en la totalidad del país.

No se presenta en detalle el conjunto de las experiencias de este tipo. Sin embargo, se desea insistir sobre los límites del método, a fin de definir una estrategia alternativa. Básicamente, la principal debilidad de este método es la mala calidad de la representividad estadística del conjunto de los establecimientos informales.

1.2.2.1 El problema de la “visibilidad” de los establecimientos

En primer lugar, el censo de establecimientos no puede constituir una base de sondeo exhaustiva de las unidades económicas del sector informal en los países en desarrollo. Ello viene de la dificultad extrema de localización de las unidades informales.

Escapan a las operaciones del censo la mayoría de las unidades ambulantes (aun cuando en ciertos casos, una parte puede ser enumerada) y, sobre todo, el conjunto de las actividades que se ejercen a domicilio.

En la mayoría de los casos, los agentes censales proceden por rastreo de calles. Por lo tanto, es la visibilidad de los establecimientos la que constituye el verdadero límite para abarcar el universo teórico.

Para efectuar un censo verdaderamente exhaustivo de las actividades económicas con base en los establecimientos, se necesitaría proceder a una enumeración sistemática tanto de los establecimientos que cuentan con locales específicos, como de todos los domicilios que potencialmente pueden abrigar unidades informales.

Los censos de población y vivienda siguen este proceso. A menos de llevar a cabo simultáneamente los dos tipos de censos y de introducir en el censo de población preguntas sobre los establecimientos domiciliarios, una estrategia de este tipo es en general excluida, en particular por razones de costo.

En realidad, el problema de la visibilidad de las unidades de producción no es particular al caso del sector informal. Ciertas empresas individuales formales, e incluso ciertas sociedades, no poseen establecimientos físicamente identificables (en particular en las ramas de los transportes, la construcción o los servicios).

En todos los sectores, el universo abarcado por los censos de establecimientos, es incompleto. Es claramente en el sector informal donde la cobertura es la menor.

1.2.2.2 El riesgo de doble cuenta

El estadístico se enfrenta al problema de la unidad estadística de base del censo. En la perspectiva de la localización directa de las actividades, hay que ser capaz de establecer una lista exhaustiva no sólo de las viviendas, sino también de los locales con vocación estrictamente económica; por lo tanto, existe un riesgo de doble contabilidad.

Por ejemplo, un trabajador por cuenta propia del sector informal puede almacenar una parte de su material y efectuar unas de sus operaciones en casa, y al mismo tiempo, tener un local propio en el cual realiza la mayor parte de su actividad. Esta unidad económica sería contabilizada dos veces.

2 Para una critica detallada de este tipo de estimaciones, vease Rossini, Thomas, 1988; Roubaud, 1994.

Por último, la medición de las actividades informales de manera directa en el lugar de trabajo no es adecuada en el caso de las unidades ambulantes o de las actividades que se desempeñan en la vía pública. La calle no es un lugar adecuado para llenar un cuestionario de encuesta. Este tipo de problema no se presenta en el caso de las encuestas en dos fases, en la medida en que la vivienda constituye una unidad estadística homogénea.

1.2.2.3 Las dificultades para formar directorios computarizados de establecimientos Informales

No es concebible establecer un directorio computarizado de unidades informales que permita el seguimiento en el tiempo de sus actividades. Dadas las leyes demográficas (de apertura o de cierre) tan erráticas de este tipo de unidades, no se pueden actualizar los registros.

Mientras mayor sea el lapso transcurrido entre el censo y las encuestas en profundidad sobre los establecimientos informales, mayor será el sesgo de la muestra resultante. Así, se pudo comprobar que en México, la tasa de no localización por causa de cambio de actividad llegaba hasta 20% en ciertas ramas, con dos años de intervalo (Roubaud, 1994).

En conclusión, son justamente estas unidades de producción sin local que no podrán ser tomadas en cuenta por la aproximación tradicional censo establecimiento/ encuesta sobre los establecimientos del sector informal.

Si se quisiera proseguir sobre la vía de los censos de establecimientos para medir la actividad del sector informal, habría que enmendar el procedimiento original con el fin de cubrir el conjunto del campo y no solamente su parte “emergida” (o “visible”). Por otra parte, los primeros censos de los establecimientos no pretendían recuperar más que este segmento emergido y por qué no decir “modernizable”.

Principales programas de la OIT

Los principales programas de la OIT que obraban en este dominio buscaban más específicamente la parte “moderna” del sector informal, es decir, las microempresas susceptibles de ser el objetivo de políticas de promoción. En muchos casos, sólo las actividades manufactureras eran censadas3.

Finalmente, la aproximación censo de establecimientos/encuestas aleatorias constituye un buen medio para recolectar datos sobre el segmento “emergido” del sector informal, segmento que es a menudo fijado por los programas de apoyo a la micro y pequeñas empresas de las instituciones de desarrollo (veáse capítulo 3 en este libro).

Pero la tendencia general frente a tales dificultades de aprehensión directa de establecimientos parece mas bien preferir una aproximación del sector informal a partir de encuestas en dos fases (hogares/ unidades de producción).

1.2.3 El método de encuestas en dos fases (o encuestas mixtas)

Como no es posible obtener una muestra representativa de las unidades de producción informales a partir de estadísticas de establecimientos, conviene proponer una estrategia alternativa. El método de las encuestas en dos fases parece particularmente adecuado, sobre todo para resolver los problemas de muestreo planteados por la medición del sector informal. Estas encuestas en dos fases ya comprobaron la viabilidad de la estrategia propuesta.

Desde comienzo de los años noventa, este tipo de encuestas ha sido realizado con éxito en muchos países en desarrollo.

En el caso de África, se pueden citar, entre otros: Camerún (1993,1994), Madagascar (1995- 2002), Tanzania (1995), 7 países de África del Oeste (2001-2002), etc.

También han sido experimentadas en Asia encuestas mixtas (por ejemplo en Filipinas, en colaboración con la OIT). América Latina es la región más avanzada en este dominio (México, El Salvador, Perú, Colombia, etc.).

México es sin duda el país que ha avanzado más lejos en esta dirección. Después de una primera experiencia piloto en 1987 (EPSI: Encuesta Piloto Sobre el Sector Informal), luego un test magnitud natural en 1989 (ENEI: Encuesta Nacional de Economía Informal), las encuestas en dos fases sobre las microempresas han entrado plenamente en el sistema estadístico nacional mexicano.

Desde 1992, la ENAMIN (Encuesta Nacional de MIcro Negocios) es realizada cada dos años. Tratan sobre extensas muestras de más de 100.000 unidades de producción (Rodarte, 1998).

1.2.3.1 Principios de base

La encuesta en dos fases consiste en seleccionar una muestra de unidades de producción a las cuales se les un formulario específico sobre la actividad informal (fase 2), sobre la base de las informaciones extraídas de una encuesta a los hogares a propósito de la actividad de los individuos (fase 1).

Para cada miembro de la población económicamente activa y ocupada (por ejemplo, toda persona que trabajó por lo menos una hora en la semana de referencia, si se aceptan las normas de la OIT), que se declara patrón o trabajador por su cuenta en una unidad que satisface las condiciones de pertenencia al sector informal (cualesquiera que sean), se le aplica un cuestionario específico sobre la unidad informal que dirige.

La ventaja principal de este método es que un marco que se basa en viviendas tiene la propiedad de una mayor exhaustividad que un marco que se basa en establecimientos.

Especialmente en el caso de encuestas sobre actividades tan móviles como las del sector informal. Las propiedades estadísticas de los estimadores obtenidos por la encuesta sobre el sector informal se derivan de las características de la encuesta que sirve de filtro.

1.2.3.2 Características generales de la encuesta

1.2.3.2.1 La selección de la encuesta filtro Existen varias opciones para la encuesta filtro (fase 1):

– Las encuestas de empleo.
– Las encuestas de ingresos y gastos.
– Los censos de población.
– Las encuestas especificas.

Las encuestas de empleo constituyen, al parecer, la mejor opción para la encuesta filtro en la primera fase. Proporcionan directamente las informaciones necesarias para identificar las unidades informales.

En efecto, las encuestas sobre empleo permiten obtener una imagen representativa del conjunto de la población activa ocupada, comprendidos los empleos más precarios (escasas horas de trabajo, trabajo a domicilio o ambulante, etc.). Las encuestas de empleo son, en la categoría de encuestas de hogares, unas de las más ligeras en llevarse a cabo. Además, la mayoría de los países latinoamericanos ya cuentan con este tipo de encuestas.

Las encuestas de ingresos y gastos o cualquier otro tipo de encuestas a los hogares (encuestas demográficas y de salud, etc.) constituyen una alternativa en la ausencia de encuesta de empleo.

En general, tienen una cobertura nacional, y recolectan datos sobre la actividad de los individuos, necesarios para identificar a los establecimientos informales. Sin embargo, el número reducido de hogares entrevistados en unos países, y la carga ya pesada de estas encuestas para la muestra, pueden dañar la calidad de los resultados del módulo sobre el sector informal.

El censo de población puede obviamente servir de base de sondeo. Su uso en fase 1 para las encuestas sobre el sector informal requiere dos condiciones.

En primer lugar, se requiere que de los rezagos entre el censo y la encuesta sean mínimos. Segundo lugar, las informaciones sobre la actividad, necesarias para identificar a los independientes del sector informal, tienen se deben incluir en el formulario censal.

En general, por razones de costos, estas dos condiciones no se cumplen. Y en la ausencia de encuesta nacional integral, es siempre posible reducir la primera fase a un módulo mínimo.

Con base en una muestra representativa a nivel nacional, se captarán en la primera fase sólo las informaciones sobre la situación en el mercado laboral (activo o no, estatus en el empleo, y sector institucional de la unidad económica en la cual trabaja).

Para las necesidades de los conteos nacionales, la encuesta debería cubrir el conjunto del territorio nacional. Debido a que la cobertura geográfica engloba tanto las zonas urbanas como las rurales, se puede considerar un tratamiento diferenciado de acuerdo con el lugar de localización.

En algunos casos, el censo agrícola (y toda la batería de técnicas de encuestas especificas elaboradas para obtener las actividades económicas en zona rural) podrá servir de base de sondeo a las encuestas sobre el sector informal en las zonas rurales, mientras que la encuesta empleo podrá cubrir las zonas urbanas.

1.2.3.2.2 La identificación de los establecimientos informales

Hay que poder adaptar el proceso de selección de la muestra representativa en función de la definición del sector informal que se retuvo. Se ha visto que la OIT deja la libertad de escoger en cuanto al criterio que permite identificar a los establecimientos informales: criterios de tamaño y/ o de no-registro.

Es entonces necesario introducir una pregunta en el módulo dirigido a los hogares, permitiendo ubicar las unidades informales. El costo de tal añadido es insignificante, y la experiencia muestra que incluso en los casos del no-registro, la pregunta realizada no plantea un problema importante.

Por otro lado, la encuesta filtro debe permitir la identificación del conjunto de las unidades informales de producción, ya sean dirigidas por aquel que tiene a cargo en su empleo principal o secundario. Para esto, es imperativo que la encuesta filtro capte con precisión el fenómeno corriente de la pluriactividad.

Este fenómeno mal o no del todo registrado en los censos de población, por razones evidentes de costo, descalifica este tipo de soporte para servir de encuesta filtro. A título ilustrativo, en Madagascar, 11 % de las UPI obtenidas en la encuesta de empleo correspondía a empleos secundarios de su jefe. Esta proporción se elevaba al 15% en 1998 (Rakotomalala y alii, 2000).

1.2.3.2.3 La precisión de los estimadores: construcción de la población implícita de las unidades informales de producción

El proceso de selección de la muestra de establecimientos está basado en el conjunto de establecimientos informales que se pueden identificar el la fase 1. En general se recomienda usar nada más las respuestas de los trabajadores independientes.

Sin embargo, el número de establecimientos informales así identificados puede no satisfacer a los objetivos específicos de la encuesta sobre el sector informal, considerando la precisión deseada de los estimadores.

Sea:

Nd: el número de establecimientos informales deseados en segunda fase
Nf: el número de establecimientos informales identificados en la primera fase.

Dos casos se presentan:
1) Nd < Nf: Esta configuración es la más fácil de resolver. Puede presentarse, por ejemplo, cuando la muestra de la encuesta filtro es particularmente grande. En este caso, hay que seleccionar una muestra de establecimientos de tamaño Nd entre el Nf establecimientos identificados en la encuesta filtro. En particular se puede estratificar la muestra de establecimientos con base en informaciones relevantes captadas en la primera fase. 2) Nd > Nf:

Este caso se presenta cuando la precisión que se desea de los estimadores de la segunda fase no es satisfecha porque Nf es muy bajo4. Una solución consiste en usar los datos de los trabajadores dependientes del sector informal para llegar hacia sus establecimientos. Esta opción conduce a volver a calcular los coeficientes de extrapolación, en la medida en que la probabilidad de inclusión en la muestra de los establecimientos ya no es idéntica para todos (es proporcional al tamaño del establecimiento).

1.2.3.2.4 El seguimiento temporal

La cuestión del seguimiento temporal del sector informal en los países en desarrollo tiene una importancia capital para entender su dinámica macroeconómica. Por haber sido operaciones puntuales, las experiencias de censos/encuestas sobre el sector informal no fueron capaces de dar soluciones a este problema central. Esta falla es uno de los argumentos para abogar en favor de las encuestas periódicas de hogares.

Si una encuesta nacional sobre el sector informal permite evaluar la cuenta de producción del sector informal para el año base, se tiene que proponer una solución operacional para el seguimiento temporal de este sector.

Como no se puede reproducir tal encuesta cada año, por razones obvias de costos, hay que buscar otros medios que cumplan con este objetivo. Otra vez, las encuestas de empleo constituyen un instrumento idóneo para la elaboración de índices temporales (Roubaud, 1989).

3 De hecho, es en parte a causa de este medio que un número de estudios sobre el sector informal desemboca en una visión optimista de la capacidad de este último en generar empleos remuneradores. Tomando en cuenta al sector informal localizado, estos sobreestiman largamente el nivel promedio de los ingresos.
4 Hay que notar que estos problemas no se presentan cuando la primera fase está diseñada específicamente para la segunda fase. En este caso se calcula el tamaño de la encuesta filtro de manera a obtener Nf establecimientos en segunda fase.

Dada la proximidad que existe en el sector informal entre la suma de los ingresos distribuidos (ya sea como salarios o como ganancias de los empresarios) y el monto del valor agregado, se puede construir un indicador que refleje fielmente la evolución de la producción en el sector informal.

Así, se puede seguir, año tras año, los cambios en la cuenta de producción en el sector informal.

Con base en estas encuestas de empleo, o de cualquier otra encuesta sobre la actividad de los hogares que genera cada año el Instituto Nacional de Estadística. Tal vez, estas encuestas no tienen cobertura nacional.

En este caso, se tendrían que formular hipótesis sobre la dinámica regional diferencial. Para las variables no observadas se pueden conservar las estructuras observadas el año base. O estimarlas a partir de relaciones econométricas más sofisticadas. (Como el consumo intermediario, la formación de capital fijo, los intereses pagados y percibidos, etc.).

Se podría contar con una nueva encuesta nacional sobre el sector informal para reajustar la composición real de los diferentes ítem de la cuenta de producción.

Al disponer de la masa salarial y de las remuneraciones de los empresarios individuales, que se pueden estimar a partir de las encuestas de empleo o de ingresos y gastos. Se puede medir la inmensa mayoría de los flujos económicos que realiza el sector informal.

Este proceso supone una mínima armonización entre los conceptos empleados en las estadísticas de trabajo y los datos que provienen de las estadísticas de establecimientos. (Noción de población económicamente activa, nomenclaturas de ramas, periodo de referencia, etc.).

De todas formas, cualquiera que sea la solución que se escoja, ésta sería mejor que presuponer que el sector informal crece. Rama por rama, al mismo ritmo que las empresas más grandes. Para las cuales se dispone de índices mensuales, trimestrales o anuales. (A partir de las encuestas industriales, comerciales, etc.).

Sin embargo, la mayoría de las cuentas nacionales procede de esta manera, negando por, lo tanto, toda autonomía al sector informal. (O todo proceso de substitución entre sector formal e informal).

1.2.4 Limitaciones de las encuestas en dos fases

A pesar de sus buenas propiedades estadísticas para la aprehensión del sector informal, las encuestas en dos fases presentan cierto número de dificultades que se deben tomar en cuenta.

1.2.4.1 Las actividades marginales y/o concentradas geográficamente

Algunas actividades informales, debidas a sus características específicas, corren el riesgo de estar mal aprehendidas por un procedimiento estándar de encuestas en dos fases.

Es especialmente el caso de ramas de actividades donde las unidades informales de producción son pocas. Y aquellas que están concentradas en los lugares geográficos específicos.

En efecto, las tradiciones artesanales conducen, en algunos países, a los cuerpos de artesanos. Y diversos gremios a agruparse en lugares bien identificados. (Barrios de joyeros, escultores, vendedores de brochetas).

Conviene movilizar todas las informaciones disponibles a priori a introducirlas en el plan de sondeo como criterio de estratificación. Para evitar una mala representatividad de estas actividades.

En particular, se recomienda tomar en cuenta, luego de una adquisición de unidades areolares. Sobre representarlas en la muestra de manera que se mejore la precisión de estimadores. Y que se reduzcan los costos de encuestas previas. (Tasa de trabajadores independientes en el censo de población, censos de establecimientos, etc.) O de trabajos de reconocimiento previo. (Véase más adelante la solución interesante aportada por el DANE de Colombia).

1.2.4.2 La identificación de los establecimientos informales a través de los trabajadores dependientes

Si cada individuo puede evaluar el número aproximado de empleados en su unidad, éste no conoce necesariamente su estado jurídico.

En la medida en que la muestra de establecimientos informales sólo resulta de respuestas hechas por los empresarios informales. Quienes saben cuál es el estatus legal del establecimiento que ellos dirigen, no hay problema.

Solamente en el caso donde, por razones de representatividad estadística habría que identificar a unidades informales a partir de trabajadores dependientes. (Tamaño de muestra insuficiente en la encuesta de hogares). Se tiene que asegurar la congruencia de las respuestas, cruzando varios indicadores sobre el establecimiento. (Tamaño, rama, declaración de estatus jurídico por el empleado).

1.2.4.3 Los plazos de recolección entre las dos fases de la encuesta

Teniendo en cuenta las leyes demográficas particularmente erráticas que rigen el sector informal. (Creación, desaparición). Es necesario reducir al mínimo las desfases temporales entre el momento de la recolección de datos sobre los hogares. (Fase 1). Y el momento de las entrevistas a los jefes de las unidades informales de producción. (Fase 2). Para evitar los riesgos de pérdida.

De hecho, este problema no aparece más que en el caso de la fase 1. Donde la encuesta se concibe con un objetivo que no es la medición del sector informal. En este caso, puede ser necesario esperar el final de la fase 1 para sacar las muestra de unidades informales de producción.

Para disminuir los plazos de tratamiento, es preferible proceder a una explotación manual y parcial de las fichas de encuesta en vez de esperar el archivo completo de la fase 1. (Sólo las informaciones necesarias a la adquisición de la muestra en fase 2 se movilizarán).

Para reducir los rezagos, el cuestionario de la fase 2 se aplicará enseguida en el prolongamiento inmediato de la fase 1, una vez la UPI se identifica.

1.2.4.4 Fuentes complementarias: los métodos de selección razonada

Las encuestas en dos fases presentan el mejor medio, en teoría, para obtener una muestra representativa del conjunto de las unidades informales. Sin embargo, esta opción normativa puede estar muy alejada de la realidad del sistema de informaciones económicas, cuyo deterioro es patente, especialmente en África.

Por lo tanto, habría que contar a corto plazo con la estructura de la red de encuestas estadísticas. Así como con la naturaleza de las restricciones financieras que gravan la capacidad operacional de una gran parte de los PED.

Por otra parte, las restricciones presupuestales vigentes pueden abocar a favor de encuestas ligeras. En este marco, la realización de encuestas por cuotas, que sirven básicamente par los sondeos de opiniones, es de mucho interés. Si este tipo de encuesta no puede remplazar las encuestas en dos fases, pueden servir para elaborar índices. (Justamente para definir las cuotas, según criterios de estratificación juzgados pertinentes).

Además, la selección de establecimientos a priori, con procesos no aleatorios. (A través de relaciones personales, susceptibles de reemplazar en caso de rechazo). Facilita el análisis de temas sensibles o demasiado complejos para que se traten en encuestas anónimas. (Actividades ubicadas a la frontera de la legalidad, cálculo de los márgenes comerciales, etc.).

Naturalmente, habría que controlar los sesgos eventuales introducidos por estos procesos (extrapolación por estratificación a posteriori, por ejemplo).

Para concluir esta parte, se han presentado las diferentes alternativas posibles para la cuantificación del sector informal. Insistiendo en sus respectivas ventajas y en sus límites eventuales.

Aun si requiere ser afinado, el método de las encuestas en dos fases para la medición del sector informal resulta ser el mejor.

Las experiencias recientes en materia de recolección de datos sobre el sector informal han mostrado que contrariamente a las ideas a priori, la medición estadística de este sector no solamente era posible. Sino que tampoco era más complejo llevarla a cabo que otros tipos de operaciones estadísticas. Que sin embargo forman parte de la tradicional “caja de herramientas” del estadístico. (Encuestas hacia empresas del sector moderno, encuestas de ingresos y gastos, etc.).

Además, las nuevas propuestas presentes en la revisión 4 del SCN para extender el marco de la producción de los hogares como tales, aboca en favor de la técnica de las encuestas en dos fases, más que la medición directa a partir de los establecimientos.

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