Ética en las Finanzas

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LA ÉTICA EN LAS FINANZAS, COMPLEMENTO INDISPENSABLE

El valor de la información es innegable y quien tiene acceso a ella, en nuestra sociedad es considerado como quien tiene el poder; el dinero igualmente, aparece como consecuencia del trabajo y por ello, “cambia la naturaleza de las cosas”, quien tiene poder, tiene dinero, quien tiene dinero, tiene futuro, así es como vemos las cosas, pero el dinero debe ir de la mano con la ética pues ambos generan consecuencias, y separarlos sería la puerta de entrada a la corrupción.

En la contabilidad y en las finanzas, se debe manejar la ética como un principio fundamental ya que la confianza que deben tener los ahorrantes o inversionistas en quienes manejan su dinero debe ser total y ajena de dudas, robos, usuras, o mal manejo del dinero; un ejemplo de esto es el manejo de los impuestos: quienes pagan, no confían en el buen uso que se le dará al dinero para el bien colectivo, por el contrario, creen que los están robando, por consiguiente tratan al máximo de evadir impuestos.

La confianza es la base del negocio bancario ya que los clientes buscan que alguien se haga cargo de sus necesidades para darles una buena solución. Es por eso, que la banca tiene una enorme responsabilidad social y ética. Otro punto, que debe tenerse en cuenta es que la ética hace eficaz el mercado ya que al mantener transparencia en la economía de un país, ésta prospera.

Retomando el caso de los impuestos, que son contribuciones obligatorias que las personas deben girarle al estado con fines de equidad, igualdad social y solución de problemas, tiene grandes falencias.

Existen en este caso, dos problemas éticos: el comportamiento de la actividad fiscal y financiera del Estado y el comportamiento del contribuyente. La falta de transparencia se debe a la poca credibilidad que tiene el ciudadano de los entes estatales y del buen uso que se le da a su dinero. “El fundamento de la obligación moral de pagar tributo, radica en la confianza que le entrega la sociedad al Estado”.

La competencia en el mercado, muchas veces, conlleva a comportamientos poco éticos. Para poder ser competente se tienen que abrir nuevos y más baratos costos, es decir, la competencia reduce precios.

El mercado también influye enormemente. Ya que no habría oferta sin una anterior demanda y ambas juegan un papel determinante en la ética. Pues a un mejor ofrecimiento, un mayor numero de compradores. Entre mejores precios y más demanda haya, se aumenta la corrupción para suplir las necesidades de la misma competencia.

En consecuencia a este dilema se crea entonces, un mecanismo del Estado que supervise e intervenga en las conductas. Pero consecuentemente con esto, se determina que el Estado tiene límites. Y que es incapaz de cubrir todo lo que respecta al tema.

En conclusión, aunque las normas éticas han evolucionado a lo largo de la historia y han cumplido unos beneficios evidentes, ahora deben seguirlo haciendo. Pues un mundo en constante cambio se lo apremia.

“ A medida que las sociedades se vayan desarrollando será más probable que gobiernos y personas puedan soportar los costes de modos de competencia más éticos.

Pero el desarrollo requiere de competencia, y la competencia provoca dilemas éticos…”

Natalia Franco Vergara.

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