Crisis Cafetera Colombiana

Cafe colombiano exportacion

¿Seguimos hablando de los problemas que enfrentan los cultivadores de café en el país; como siempre se culpa a los precios internacionales del grano, al precio del dólar, el alto costo de los insumos, a la falta de subsidios; que la plata de la Federación de Cafeteros se acabó, etc.

El verdadero problema de los cultivadores de café es más de fondo, el costo de producción es inferior al ingreso del productor. Haciendo las siguientes consideraciones, entenderemos un poco mejor la situación:

Con los precios internacionales del café en bajada se pierde mercado porque otros países productores pueden producir a menores costos; es el caso del Brasil donde la topografía le ha permitido mecanizar los cafetales y aumentar la producción; reduciendo los costos de producción, a pesar del descuento con que se vende en el mercado internacional el café brasilero; sus costos están muy por debajo del precio de venta.

El mercado para el consumidor final; en su mayoría, es de mezclas, la calidad depende de la participación de los cafés arábigos y los tostadores deciden que tanto usan en su mezcla; dependiendo del precio.

Cuando existe un exceso de café robusta el café arábigo pierde valor y el precio de la materia prima en su conjunto se reduce.

La mayoría de los estudios coinciden en que el problema radica en la baja productividad, no se están utilizando las variedades más adecuadas; no se está fertlizando de la manera recomendada, no se utiliza la innovación, no se perfeccionan los procesos, con lo cual se pierde la dinámica competitiva.

El capital humano; tan importante para crear nuevos métodos, desarrollar productos diferentes a los tradicionales y mejorar la productividad; se está educando pero no regresa a las fincas.

La solución no está en seguir desangrando el presupuesto nacional para poder seguir otorgando subsidios, con esto no se soluciona el problema, la falta de competitividad del café colombiano.

La crisis se presta para pensar en alternativas diferentes de desarrollo, hay que empezar por la eliminación de la producción que no es competitiva, exigirle al gobierno nacional, la realización de obras de infraestructura para reducir costos de transporte, ofrecer apoyo a soluciones que no estén dentro del café, soluciones que diversifiquen la producción y permitan empezar a crear una cultura diferente en el productor cafetero.

Se debe repensar el tamaño de las fincas, a veces el pequeño minifundio no permite competir por los pocos volúmenes de producción, se debería analizar la forma de pasarse a pequeñas empresas productivas.

Debido a lo anterior y como consecuencia de la situación, seguir creyendo que con subsidios se soluciona la crisis estructural del sector es una utopía.

Agosto de 2013.

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